Monte Albán
Monte Albán es un sitio arqueológico localizado a 8 km de la ciudad de Oaxaca de Juárez.
Fue la antigua capital de los zapotecos y una de las primeras ciudades de Mesoamérica, y de las más populares durante su auge.
Se fundó aproximadamente 500 años a. C., floreciendo hasta 750 d. C., desde el declive de San José Mogote en el Preclásico Medio (1500-700 a. C.) hasta el ocaso de la ciudad, ocurrido alrededor del siglo IX.
El nombre antiguo de esta ciudad fundada por los zapotecas a finales del Preclásico Tardío es objeto de discusiones.
Se sabe, en cambio, que los mexicas llamaron a la ciudad Oselotepek, que en mexicano significa Monte Jaguar o Monte del Jaguar, de oselotl – jaguar, y tepek – monte o cerro, y que traducido al zapoteco resulta en Dani Beedxe, de dani – monte, y beedxe – jaguar; aunque al parecer los zapotecos también conocieron la ciudad con el nombre de Dani Baán.
Los mixtecos, en cambio, llamaron a la ciudad Yucucúi (en idioma mixteco: Yúcu-cúi ‘Cerro Verde’). El nombre castellano de Monte Albán fue dado por los españoles en la conquista por la similitud del paisaje con los montes Albanos en Italia.
Monte Albán fue una de las ciudades más importantes de Mesoamérica.
Se fundó en el 500 a. C. sobre la cima de una montaña en el centro de los Valles Centrales de Oaxaca y funcionó como capital de los zapotecas desde los inicios de nuestra era hasta el 800 d. C.
En su momento de mayor desarrollo Monte Albán llegó a tener cerca de 35 000 habitantes, que vivían en su mayoría en las laderas aterrazadas de la montaña, dedicados a la agricultura.
Como la gran mayoría de las grandes metrópolis mesoamericanas, Monte Albán fue una ciudad con una población pluriétnica.
A lo largo de su historia la ciudad mantuvo vínculos muy sólidos con otros pueblos de gran importancia en Mesoamérica, en especial con los teotihuacanos durante el período Clásico Temprano.
La ciudad fue abandonada al final de la Fase Xoo por la élite y buena parte de su población.
Sin embargo, el recinto ceremonial que constituye el conjunto de la Zona Arqueológica de Monte Albán fue reutilizado por los mixtecos durante el Período Posclásico.
Para esta época, el poder político del pueblo zapoteco se encontraba dividido entre varias ciudades-Estado, como Zaachila, Yagul, Lambityeco y Tehuantepec.
Aunque es probable que su existencia fuera conocida durante la época colonial, Monte Albán no se menciona en las crónicas de la conquista o en los siglos posteriores, hasta principios del siglo XIX.
Durante la primera mitad del siglo XX el mexicano Alfonso Caso llevó a cabo una serie de excavaciones que lo llevaron a encontrar la Tumba 7, donde reposaba el mayor depósito de obras de orfebrería mesoamericana de oro que se haya descubierto hasta la fecha.
La zona arqueológica de Monte Albán fue declarada por la UNESCO, conjuntamente con el Centro Histórico de la Ciudad de Oaxaca, como Patrimonio Cultural de la Humanidad el 11 de diciembre de 1987.
Historia
Los Valles antes de la fundación de Monte Albán
El valle de Oaxaca presenta evidencia de ocupación humana que data por lo menos del décimo milenio antes de Cristo —dentro de la llamada Etapa Lítica de México—.
El objeto más antiguo que se haya localizado en la región es una punta acanalada de lanza, encontrada en San Juan Guelavía, en el valle de Tlacolula.
Posteriormente, el valle de Tlacolula fue también uno de los centros donde se empezaron a cultivar algunos de los productos agrícolas más importantes de la economía mesoamericana precolombina, como son el maíz, la calabaza y el frijol.
Entre los sitios en los que se han encontrado evidencias de este proceso agrícola se encuentran la cueva de Guilá Naquitz y Gheo Shih.
Durante el Preclásico Medio, la región de los Valles Centrales comienza a recibir la influencia del estilo olmeca, al mismo tiempo en que se establecen algunas de las primeras aldeas sedentarias de la región, habitadas por grupos del habla zapoteca y principalmente agricultores.
La mayor parte de las grandes aldeas agrícolas de (Los Valles) se desarrolló hacia el final del Preclásico Temprano (alrededor del siglo XVI a.C.), y entre ellas se encuentran Tierras Largas —que da su nombre a la fase arqueológica—, Hacienda Blanca y San José Mogote.
Estas tres poblaciones, probablemente las mayores en la región durante esta época, se localizaban todas en el valle de Etla.
Se supone que para esta época, la población de habla otomangueana—relacionada con un tipo de cerámica de amplia distribución entre la Cuenca de México y la región central de Oaxaca— ya se encontraba distribuida en buena parte del centro de México.