Cultura teotihuacana
¿Qué fue la cultura teotihuacana?
Se habla de cultura teotihuacana o de cultura de Teotihuacán, para referirse a los desconocidos pobladores originarios de la ciudad antigua de Teotihuacán, una de las mayores ciudades de la Mesoamérica prehispánica. Esta ciudad fue fundada en algún momento alrededor del 1.000 a. C.
Se sabe poco respecto al carácter étnico de esta cultura precolombina, aunque las investigaciones apuntan a los totonacos, nahuas y los otomíes. Pudo tratarse incluso de alguna combinación cosmopolita de pueblos mesoamericanos remotos.
La cultura teotihuacana es de las más misteriosas de la era precolombina americana, cuyos orígenes y desaparición son objeto de debate entre los especialistas.
Se sabe de su existencia solo por las ruinas y restos de su ciudad, Teotihuacán, equivalente de la antigua y enorme Roma imperial.
Su influencia se observa en los motivos claramente teotihuacanos hallados en las ruinas de otros centros ceremoniales como Tikal o Chichen Itzá. La ciudad teotihuacana es una importante zona de monumentos arqueológicos hoy en día, con un alto interés turístico y antropológico, célebre por sus grandes pirámides.
Se sabe que los teotihuacanos fueron una influencia importante en el desarrollo de otras culturas mesoamericanas.
Por ejemplo, Teotihuacán fue un centro de peregrinaje importante de la cultura azteca, muy posterior, quienes vieron en esta ciudad ya abandonada un lugar propicio para las revelaciones religiosas.
De hecho, el nombre que le damos proviene del náhuatl (significa “Ciudad del Sol”), la lengua de los mexicas, dado que se ignora cómo se llamaban los teotihuacanos a sí mismos o a su ciudad.
Teotihuacán arqueológico
Entorno geográfico
Vista de la vegetación actual en el valle de Teotihuacán, compuesta por cactáceas, agaves y especies no nativas como el pirul.
Detalle de una Opuntia que crece en la zona arqueológica de Teotihuacán. Parte importante de la economía actual de la región teotihuacana consiste en el cultivo de este género de plantas para la comercialización de su fruto.
Teotihuacán fue fundada en una posición poco común en su época con respecto al patrón de asentamiento propio de la cuenca de México durante el Preclásico Medio.
La mayoría de los asentamientos de mayor envergadura en la región se localizaban en la ribera del sistema lacustre del Anáhuac o muy cerca de ella.
Cuicuilco y Copilco en el sur; Ticomán, El Arbolillo, Zacatenco, y Tlatilco en el norte; y Tlapacoya en el oriente son ejemplo de ello. En contraste, Teotihuacán se levantó a quince kilómetros de la costa del lago de Texcoco, sobre el río San Juan en el valle que ha tomado el nombre de la ciudad.
Duverger afirma que la ubicación de Teotihuacán corresponde no solo a una frontera ecológica, sino a la frontera entre la civilización agrícola mesoamericana y el mundo cultural de los pueblos aridoamericanos nómadas.
Sociedad
A ciencia cierta no se sabe cuál es la identidad del pueblo que fundó Teotihuacán. La ciudad había sido abandonada mucho tiempo antes del arribo de los españoles a Mesoamérica, de modo que las escasas referencias a la ciudad que se conservaron en las fuentes históricas producidas en los años posteriores a la Conquista de México no hablan propiamente sobre los habitantes de Teotihuacán, sino de la representación que de ellos tenían quienes vivieron en el Anáhuac después del colapso teotihuacano.
Idioma
Correlacionando la evidencia lingüística y la arqueológica, Kaufman propone que el idioma hablado por los teotihuacanos pudo ser el mazahua, el otomí, el totonaco, el tepehua, el popoloca, el mixteco o el chocholteco.
Acepta, como varios autores modernos, la probabilidad de que también se haya hablado una variante nahua en la ciudad, pero desde su punto de vista, la cultura de Coyotlatelco asociada con el ocaso teotihuacano es la primera cuyos portadores indudablemente debieron ser hablantes del náhuatl en Mesoamérica.
Asimismo, ha tomado fuerza en las últimas décadas la hipótesis de un idioma uto-azteca durante el esplendor de la ciudad desde que Gómez y King (2004) argumentaron la existencia de un idioma protonáhuatl pochuteco tras analizar la posible semanticidad del repertorio epigráfico de la Plaza de Los Glifos en el barrio de La Ventilla, del cual derivarían tanto el náhuatl y el mixteco hablados y registrados al momento de la Conquista (s. XVI).
También existe la posibilidad de una lengua mixe-zoque por la temporalidad más temprana de la urbe, evidentemente emparentada con el tronco totonacano.
Escritura
Estrechamente aunado a la controversia lingüística, se suma el debate acerca de la existencia de un sistema escriturario propio en la ciudad, desde el descubrimiento e identificación de representaciones glíficas con particularidades que orientan a un sistema estrictamente iconográfico que será interpretado y leído con cierto fonetismo.
Desde que signos de este tipo han sido detectados en fragmentos de los «murales realistas» de Tetitla, algunos de ellos influenciados o directamente provenientes del sistema maya; y que el arqueólogo mexicano Rubén Cabrera descubrió una serie de 42 signos glíficos plasmados en los pisos de una pequeña plaza en La Ventilla entre 1992 y 1994, el interés académico en este tema terminó de despertar y varios son los especialistas que han ahondado en el mismo.40
Religión
Dentro de los dioses más relevantes:
- Tláloc: dios de la lluvia y agricultura.
- Quetzalcóatl: dios de la sabiduría.
- Chalchiuhtlicue: diosa de ríos y mares.
- Huehuetéotl: dios del fuego.
- Tezcatlipoca: dios del cielo y de la tierra.
Historia
La época de mayor apogeo de Teotihuacán corresponde al periodo Clásico Temprano de Mesoamérica (ss. II/III-VI).
Sin embargo, los inicios de la ciudad deben colocarse en el primer milenio antes de nuestra era. Localizada estratégicamente al noreste del valle de México, en las cercanías de la rivera norte del lago de Texcoco, Teotihuacán se convirtió en la principal competencia de Cuicuilco durante el Preclásico Tardío.
La erupción del Xitle en el sur del valle apresuró la caída de Cuicuilco y favoreció la concentración de la población y el poder político y económico en Teotihuacán.
Por motivos que aún no han sido del todo dilucidados, Teotihuacán se colapsó hacia mediados del siglo viii, dando lugar al Período Epiclásico mesoamericano.
Los vestigios de la ciudad dieron origen a numerosas explicaciones sobre su presencia entre los pueblos nahuas del Posclásico, y estas explicaciones son conocidas por la labor recopilatoria de recuperación de los misioneros de Indias, en concreto Bernardino de Sahagún.
Cronología
Para abordar la larga y compleja historia teotihuacana se han propuesto varias cronologías basadas en los restos cerámicos hallados en las excavaciones.
Cada una de las fases está relacionada con cambios técnicos o estilísticos observados en la alfarería de la ciudad.
Este procedimiento ha ayudado a simplificar la tarea de datación de los restos arqueológicos, puesto que la cerámica es un material muy abundante que resiste bien el paso del tiempo y está presente en muchos contextos arqueológicos.
Sin embargo, el procedimiento no deja de presentar inconvenientes. Uno de ellos consiste en la definición precisa de las características de cada fase cerámica y su delimitación temporal.
Al haber numerosos investigadores que han puesto su atención en Teotihuacán, se dispone de varias cronologías para la ciudad.
En la actualidad parece haber consenso en torno a la cronología propuesta por René Millon y su equipo de colaboradores.
A pesar de esta aceptación generalizada, existen algunos trabajos que ponen de manifiesto que dicha cronología debe ser ajustada.
Por ejemplo, George Cowgill y Evelyn Rattray han propuesto que la decadencia de Teotihuacán ocurrió entre cincuenta y cien años antes de la fecha sugerida por Millon.
Desde ese punto de vista, la dimensión temporal de algunas fases cerámicas en la cronología teotihuacana podría reducirse. En este artículo se ha optado por seguir la cronología de Millon en general.
Información turística
Vista de la pirámide del Sol en el equinoccio de primavera de 2010.
Pirámide del Sol, vista aérea.
En torno a Teotihuacán hay otros sitios de interés turístico. En la imagen, el convento de San Agustín en Acolman de Nezahualcóyotl.
La Zona Arqueológica de Teotihuacán se encuentra dentro del término municipal de San Juan Teotihuacán (estado de México), algunos kilómetros al oriente de Teotihuacán de Arista, que es la cabecera del municipio. Se encuentra a 45 kilómetros de la Ciudad de México.
Es la zona arqueológica que recibe mayor número de visitantes en México, sobre sitios como Chichén Itzá (Yucatán) y Monte Albán (Oaxaca). Normalmente, son los fines de semana los días en que Teotihuacán tiene mayor afluencia de turistas.
En el equinoccio de primavera, grupos de creyentes esotéricos acuden a Teotihuacán y otras zonas arqueológicas a «recargar energía», pues existe la creencia popular de que las pirámides prehispánicas mexicanas son puntos energéticos. En el equinoccio de la primavera de 2010, Teotihuacán recibió 70 358 visitantes.
El sitio es administrado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México. El conjunto abierto al público cubre una superficie de 2.5 km² y corresponde al Área Central de Monumentos incluida en la zona protegida por decreto del gobierno federal mexicano en 1988.
El horario de visita a la zona arqueológica es de 8 a 17 horas, y para los museos es de 8 a 18 horas. La entrada es libre para adultos mayores con identificación del Inaplen, así como para niños, estudiantes y profesores con identificación escolar. Los domingos el acceso es libre para todos los mexicanos. En cambio, los visitantes extranjeros deben pagar boleto cualquier día del año.
Para llegar al conjunto monumental desde ese punto se puede llegar por la autopista a las Pirámides desde la zona de Indios Verdes (Gustavo A. Madero, D. F.) o por la carretera federal México-Tulancingo a partir de Tepexpan. Desde otras ciudades del centro de México como Querétaro, Tula, Pachuca, Tlaxcala y Puebla es posible llegar a través del Arco Norte hasta el entronque con la carretera a Tulancingo.
Existen autobuses que cubren el trayecto entre la capital mexicana y Teotihuacán. La línea Autobuses Teotihuacanos presta servicio con frecuencia de 45 minutos a partir de la Terminal Central de Autobuses del Norte, haciendo algunas escalas antes de llegar a Teotihuacán por la autopista a las Pirámides.
Autobuses del Valle de México brinda servicio ordinario a partir del metro San Lázaro, tomando la Avenida Central que atraviesa Ciudad Nezahualcóyotl por el rumbo de Aragón.
Teotihuacán de Arista y San Martín de las Pirámides cuentan con varios hoteles cuyas habitaciones se cotizan de acuerdo con la calidad del servicio que ofrecen y la temporada en que se visita.
En las inmediaciones de la zona arqueológica se encuentran algunos hoteles de lujo y áreas para acampar. La oferta gastronómica en la región también es variada.
Numerosos restaurantes y fondas ofrecen la cocina tradicional de la cuenca de México. Entre algunos platos representativos que pueden encontrarse en Teotihuacán se encuentran la barbacoa, el conejo al carbón, los mixiotes, el pulque y toda clase de antojitos preparados a base de maíz.
Por otra parte, se ofrece un espectáculo de luces proyectadas en la pirámide. Las visitas son en la noche e incluyen un recorrido por la calzada de los muertos y una maravillosa proyección en la pirámide.
Las audio guías pueden ser configuradas en cualquier idioma, por lo que cualquier persona puede ir a esta visita. La visita dura aproximadamente dos horas y personas de cualquier edad pueden asistir, ya que no es un recorrido muy largo ni cansado.