Características de la cultura olmeca
¿Quiénes fueron los olmecas?
Los olmecas conformaron la primera civilización de Mesoamérica que habitó en las tierras bajas del Golfo de México, entre los actuales estados de Veracruz y Tabasco. Fueron los antecesores de otras culturas precolombinas como la azteca, tolteca y maya. Se estima que habitaron la región entre 1500 a. C. y 400 a. C.
Se desconoce el nombre con el que ellos mismos se identificaban. La palabra “olmeca” es de origen azteca y significa “habitantes de la región de hule” debido a que en esa región abundaban los árboles de hule, de los que los olmecas extraían la sustancia de látex para elaborar el caucho.
Aunque contamos con poca información sobre el desarrollo de la civilización olmeca, sus restos arqueológicos permiten afirmar que fue una de las primeras sociedades con una organización política compleja, con diferentes estratos económicos y una gran producción cultural.
Su gran influencia llegó a las civilizaciones americanas posteriores, y por eso se la conoce como la “cultura madre de Mesoamérica”.
Características de los olmecas
Los olmecas se caracterizaron por:
- Ser considerados como “la cultura madre” de la región mesoamericana.
- Conformar una estructura política centralizada y dividida en diferentes estratos sociales.
- Ser los primeros americanos en construir edificios ceremoniales.
- Dominar la técnica de tallado sobre piedra.
- Realizar un ritual o juego de pelota (de hule sólido).
- Desarrollar un sistema de calendario y de escritura, precursor de los jeroglíficos.
- Desarrollar una red comercial por toda la región mesoamericana.
Ubicación geográfica de la civilización olmeca
La civilización olmeca se desarrolló en la llanura de la costa del Golfo de México, en los actuales territorios de Veracruz y Tabasco. Era una región de selva tropical espesa, cálida y húmeda, atravesada por numerosos ríos y lagunas sobre los que se ubicaron los asentamientos urbanos.
Economía olmeca
Las principales actividades económicas de la civilización olmeca fueron la agricultura, la caza, la pesca y el comercio.
La producción agrícola se centraba en el maíz, los frijoles y otras hortalizas, como la mandioca. Esta producción se realizaba alrededor de las pequeñas aldeas donde vivía la mayoría de la población olmeca.
Además, construyeron grandes centros urbanos (como San Lorenzo y La Venta) que utilizaron con fines ceremoniales y en los que la élite desarrollaba sus actividades. Las construcciones y los monumentos olmecas demuestran el avanzado nivel de complejidad y sofisticación de su civilización.
Según evidencias arqueológicas, se han encontrado artefactos olmecas (hechos con roca volcánica y con piedras semipreciosas, como el jade y la obsidiana), en toda la región mesoamericana, lo que indicaría la existencia de una amplia red comercial.
Religión de los olmecas
La religión olmeca era politeísta. Los olmecas creían en la existencia de diferentes dioses, a los que relacionaban con elementos de la naturaleza, como el maíz (que era la base de su alimentación), la lluvia, los volcanes o el fuego. Además, creían en la divinidad de algunos animales, como el jaguar, el cocodrilo o el águila.
Se cree que los diferentes linajes de gobernantes simbolizaban su poder a través de la construcción de monolitos (monumentos con figuras de dioses tallados en piedra).
En estas esculturas se destacaron deidades de tipo andróginas (figuras que tenían características tanto masculinas como femeninas), que se diferenciaban entre sí por representar a ciertos elementos de la naturaleza, como:
- La deidad del maíz
- El espíritu de lluvia
- El monstruo pez
- El dragón olmeca con cejas de fuego
Las ceremonias religiosas dirigidas a los dioses, que incluían ofrendas y rituales, probablemente eran dirigidas por la élite gobernante, los sacerdotes, y tenían lugar en los centros ceremoniales de La Venta y San Lorenzo.
Arte y aportes olmecas, Características de la cultura olmeca
A través del arte, los olmecas manifestaron sus creencias y su orden social. Hoy sobreviven numerosas piezas que permiten a los historiadores comprender la religión y la organización política de esta civilización.
El arte olmeca incluía una gran variedad de materiales como el jade, la arcilla y el basalto (piedra volcánica), que eran tallados para crear imágenes de la naturaleza y figuras de criaturas antropomórficas (de apariencia humana) con labios gruesos y comisuras hacia abajo, nariz chata, ojos con forma de almendras y mejillas carnosas.
El aporte más significativo que dejó la cultura olmeca son las colosales cabezas talladas en rocas de basalto, de unas 20 toneladas.
Estas esculturas datan de antes del 900 a. C. y, hasta ahora, se han encontrado unas 17 figuras. Ninguna cabeza es igual a otra: cada una cuenta con un tocado único, por lo que se cree que representan a individuos específicos.
Para poder hacer estas piezas, los olmecas trasladaron las rocas de basalto desde la sierra de los Tuxtlas de Veracruz hasta su región (aún se desconoce cómo realizaron esos traslados), a más de 80 kilómetros de distancia.
Estas esculturas se distribuyeron entre los principales centros urbanos olmecas, y se cree que representaban el poder de las familias gobernantes.
A partir de algunos hallazgos arqueológicos, se cree que los olmecas fueron los primeros americanos en desarrollar un sistema de escritura jeroglífica, que data del 900 a. C. Sin embargo, el conjunto de símbolos y glifos todavía no ha sido descifrado. También, algunos historiadores consideran que los olmecas fueron los primeros americanos en crear un calendario, ya que debían utilizarlo para la organización de la agricultura y las ceremonias religiosas.
La desaparición de los olmecas, Características de la cultura olmeca
La población olmeca disminuyó de manera brusca entre el 400 y el 350 a. C. Aunque no hay evidencias claras sobre las razones de su desaparición, los arqueólogos estiman que tuvo que ver con los severos cambios ambientales a los que se enfrentaron: las inundaciones, la desviación del curso de ríos de la región y la actividad del volcán Xitle fueron algunas de las principales amenazas.
Se cree que estos factores disminuyeron la fertilidad de la tierra y esta situación forzó a los olmecas a trasladar sus asentamientos, lo que les provocó una pérdida paulatina de fuerza y poder.