Acueducto de Querétaro
El acueducto de Querétaro, es una monumental edificación actualmente de 74 arcos, que alcanzan una altura promedio de 28.5 m, y una longitud de 1,280 m.
Este acueducto es símbolo de la Ciudad de Querétaro y uno de los más grandes de México.
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Historia
Acueducto de Querétaro, México, dibujo publicado en 1874.
El acueducto a finales del siglo XIX.
Origen
Desde la segunda mitad del siglo XVII, cuando fue nombrada Tercera Ciudad, la ciudad de Querétaro se había convertido en una de las poblaciones más productivas de la Nueva España, alcanzando en el siglo XVIII su mayor prosperidad y desarrollo urbano. Sin embargo, la ciudad carecía de un eficaz y saludable servicio de agua potable, pues los viejos canales y cañerías que surtían a la ciudad conducían aguas sucias y malsanas, contaminadas por los obrajes en la traza virreinal.
Contaminación
El impacto ambiental de los residuos que obrajes, tenerías y trapiches, además de otras actividades productivas, vertían en el Río Blanco (hoy Río Querétaro), tales como grasa natural, manteca de cerdo, alcalinos, alcaparrosa y mordientes, detonó a principios del siglo XVIII una problemática de contaminación y epidemias.
Ante la inviabilidad de agua potable la población se vio en la necesidad de buscar alternativas para el abastecimiento. La preocupación social obligó al Ayuntamiento a buscar posibles soluciones. Una de ellas remover las fuentes de contaminación y otra separar las aguas “sucias” de las “limpias” a través de un acueducto.
Proceso de construcción
A partir de 1718 el Ayuntamiento de Querétaro optó por la construcción de una obra destinada a transportar aguas de la parte alta del río hacia la traza urbana. Por acuerdo de la Real Audiencia en 1721 y mandamiento del Virrey en 1722, fueron comisionados Nicolás Díaz Rangel y Miguel José Díaz para elaborar el proyecto de conducción, el abogado fiscal José Sáenz de Escobar para emitir comentarios técnicos y Diego de Andizábal y Zárate para la supervisión de los trabajos (este último, enfermedad y presupuestales).
A través de una inspección ocular se eligieron aproximadamente 5 surcos del llamado Ojo de Agua del Capulín, en el poblado de La Cañada, cantidad equivalente más o menos a treinta litros por segundo