Religión de la cultura olmeca
Religión
Mosaico de jade, representación un mascarón del jaguar.
Su religión desarrolló todos los temas importantes encontrados en los cultos posteriores. Tenían una religión politeísta, gran número de sus dioses eran relacionados con la agricultura y otros elementos como el sol, el agua, los volcanes, animales, etc.
El centro de su religión y culto es el jaguar, y aparece representado en la iconografía olmeca. Se le representaba con la característica boca olmeca, de forma trapezoidal, con las comisuras hacia abajo y el labio superior muy engrosado.
En muchos casos con colmillos muy pronunciados, adornos supraciliares y el cráneo hendido. Siempre aparece representado de la misma manera. No se sabe qué tipo de dios pudo ser. Se cree que pudo ser el origen del dios de la lluvia, que se desarrollará posteriormente en muchos puntos de Mesoamérica.
Hay muchos animales considerados dioses, como el caimán, sapos, reptiles, todos los animales de la zona. Normalmente, aparecen mezclados entre ellos, cabezas de unos y cuerpos de otros, creando seres mitológicos.
En ocasiones para sus representaciones religiosas tienden a la abstracción, con lo cual no se sabe exactamente qué pudo significar la muerte.
Se cree que pudo ser una religión dinástica, sus dioses estarían relacionados directamente con los gobernantes, con los señores de los centros ceremoniales, gobernantes con poderes sobrenaturales, descendientes directos de las divinidades.
Es una religión compleja, que no se ha conseguido descifrar aún. Pero se cree que pudo tener toda una doctrina aceptada por el pueblo, para justificar, explicar y legitimar a los linajes gobernantes, las desigualdades sociales, las fuerzas sobrenaturales y establecer vínculos entre estas y los gobernantes. La religión estaría institucionalizada, con un cuerpo doctrinal y su panteón. De esta forma también los líderes gubernamentales utilizaban un símbolo de una figura de animal para identificarse.
Lengua y escritura, Religión de la cultura olmeca
Estatuilla de Tuxtla, con glifos de la escritura Epiolmeca.
Ya que la cultura olmeca fue la primera civilización en Mesoamérica, se especula que muchos logros mesoamericanos tuvieron lugar por primera vez en el seno de su cultura. Entre otras cosas, se acredita a los olmecas el desarrollo del calendario, la escritura y la epigrafía.
Antes de los descubrimientos de 2002, el corpus principal de inscripciones largas constaba de una docena de inscripciones epigráficas, todas ellas datadas entre 300 a. C. y el 530 d. C. En 2002 se descubrió una inscripción que data de 650 a. C., y en 2007 otra de 900 a. C., la cual supera en antigüedad a la escritura zapoteca y convierte a la escritura olmeca en la más antigua de América.
Se han encontrado ciertas inscripciones en algunas estelas que contienen glifos. Según algunos historiadores, una de estas estelas cuenta la vida de un gobernante, pero todavía no obtiene la unanimidad de la comunidad internacional.
Entre 1991 y 1994 los lingüistas Terrence Kaufman y John Justeson llevaron a cabo un trabajo de desciframiento que les llevó a identificar la lengua de las inscripciones olmecas como una lengua mixe-zoque, en particular una lengua antecesora del proto-zoque y, por tanto, emparentada algo más distantemente con el proto-mixe. Este desciframiento muestra que los glifos son de hecho parte de un silabario.