Jerez zacatecas
Fundado en el siglo XVI, Jerez conserva intacto su sabor colonial y su grandeza. Sus bulliciosas calles con sus casas tradicionales, sus portales, sus plazas y sus iglesias hacen que pasar aquí un fin de semana sea un verdadero deleite.
Además, se encuentra a tan sólo 35 minutos de la ciudad de Zacatecas, por lo que no hay pretexto para no disfrutar de su gastronomía, su excepcional arquitectura y la calidez de su gente.
Es recomendable ir a comer al restaurante del Hotel Jardín, la comida ahí es deliciosa. Se puede probar el asado de boda, platillo que, como su nombre lo dice, se sirve comúnmente en las bodas regionales.
Consiste en carne de cerdo que se agrega a un mole preparado con chile guajillo, chile ancho, chocolate, comino, pimienta y canela; también se pueden añadir al gusto piloncillo, laurel o cáscara de naranja.
Se sirve acompañado de arroz, frijoles y tortillas hechas a mano, no hay nadie que lo haya probado que no opine que es un verdadero manjar.
La plaza principal, que a diferencia de otras plazas, no es una explanda sino un hermoso jardín que lleva el nombre de Jardín Rafael Páez, y al que se accede a través de un pórtico.
En sus bancas los hombres se sientan a jugar dominó y las mujeres simplemente conversan.
Alrededor del jardín se pueden observar bandas del famoso tamborazo en espera de clientes. Al centro se encuentra un quiosco estilo morisco con base de cantera. Se dice que, visto desde arriba, el Jardín Rafael Páez forma una rosa de ocho pétalos.
Más o menos a dos cuadras de la plaza principal se encuentra la Plaza Tacuba que, si se visita entre el 7 y el 15 de septiembre (fiestas patronales en honor a la Virgen de la Soledad patrona de Jerez) está atiborrada con los famosos “castillos” de fuegos artificiales.
Cada año corresponde a una empresa de pirotecnia local rendirle honor a la virgen, así que todos se esmeran para que sus instalaciones de fuegos artificiales sean las mejores.
Uno de los lugares más emblemáticos y antiguos de la localidad es el Panteón Dolores, considerado por muchos como una joya de la arquitectura tal y como lo dice un letrero colocado a su entrada.
Un camino flanqueado por cipreses da la bienvenida al lugar. Después, sus mausoleos, columnas, templetes, pórticos, sarcófagos y obeliscos labrados por verdaderos artesanos confirman la majestuosidad del panteón más antiguo de Zacatecas, puesto en funcionamiento durante la primera mitad del siglo XIX.
El Santuario de Nuestra Señora de la Soledad fue construido en 1805. Ahí se rinde culto a la patrona de los jerezanos, quien ha sido reconocida por importantes militares de la región pues, según se dice, ha intercedido en varios hechos de guerra.
Allí se puede presenciar una una danza en su honor en la que hombres, mujeres y niños lucen sus trajes de matachines y bailan al son del tamborazo y la banda zacatecana.
El Edificio de la Torre fue construido en 1894, y fue la primera escuela oficial de niñas. Ostenta una interesante combinación de estilos gótico y mózarabe mudéjar, y desde sus ventanas se tiene la mejor vista del portal del Santuario de la Soledad.
Siguiendo por el andador artesanal, dos cuadras más adelante, se llega al Templo de la Inmaculada, el primero que se estableció en Jerez con la llegada de los españoles a la zona.
Hay que probar las ricas tostadas jerezanas, hechas de maíz, y los “duros” (trozos de chicharrón), servidos con cuero o pata de puerco y bañados en salsa de chile colorado, ajo, orégano y jitomate.
El Teatro Hinojosa, construido entre 1872 y 1878, sobresale por su magnífica acústica y su hermosa simplicidad. Fue remozado recientemente, por lo que se encuentra impecable.
Vale la pena conocer la Casa-Museo Interactivo Ramón López Velarde, ubicado en la casona donde nació y creció este renombrado poeta jerezano.
Por medio de audiovisuales, sonorizaciones e incluso olores, el museo recrea la atmósfera que sirvió como fuente de inspiración para uno de los más grandes poetas de la historia de México.
Fue originalmente inaugurado en 1951 y completamente rehabilitado en junio de 2009. Además de conocer más de la vida del poeta, es una buena oportunidad para ver cómo eran antiguamente las casas jerezanas.
Es casi imposible irse de Jerez sin llevarse un pedacito del hermoso pueblo. Dos de las artesanías más tradicionales son las arracadas jerezanas y el cinto piteado. Las arracadas se siguen haciendo a mano, según la tradición que inició don Justo García cuando fue aprendiz del platero español Juan de Ostante.
Otra artesanía que llama la atención es la talabartería trabajada con la técnica del piteado. Para hacer este trabajo se utiliza la fibra de pita, con la que se bordan diseños en la piel.
Los indígenas la usaban para hacer mecates y redes de pesca, pero con el arribo de los españoles, la retomaron para imitar los bordados que hacían los árabes con hilos de plata.
Festividades:
- Semana Santa, marzo – abril. Carnaval y feria de primavera.
- Fiesta de la Virgen de la Soledad, septiembre. Honores a la Virgen de la Soledad.
- Fiesta de la Inmaculada Concepción, 8 septiembre. En el templo parroquial.
- Día de Santa Cecilia, 22 noviembre. Festival de la Tambora.
Ubicación:
Se encuentra ubicado en la Región Central. Colinda al norte con Fresnillo y Calera al sur con Suticacan al oriente con Zacatecas. A 42 min. de la capital Zacatecas por la 54 y la 23; y a 2:15 h de Aguascalientes por la 45D y la 54.