Valle de los Monjes
Se ubica de dentro de la Sierra Tarahumara y su nombre se debe a que las enormes piedras dan la impresión de ser monjes petrificados vestidos con su cogulla y capuchón.
A este hermoso paisaje lo atraviesa un arroyo y las impresionantes formaciones rocosas que sobresalen de entre el bosque llegan hasta 60 metros de altura y dan la impresión de estar alineados en una procesión enfilados de cinco a diez.
De acuerdo a los expertos estas formaciones son resultado de fuertes movimientos geológicos y que se fueron perfilando debido a la erosión.
Sin embargo, los habitantes de la región, en especial los rarámuris, aseguran que fueron tallados hace aproximadamente 20 millones de años y que además son Dioses capaces de escuchar los problemas y brindar un consejo.
Estas rocas se fueron formando a lo largo de millones de años gracias a la erosión provocada por el viento y la lluvia. Su material, de origen calizo y roca sedimentaria, es ideal para que se creen este tipo de fenómenos naturales.
Si se les mira con detenimiento, dan la apariencia de que son un grupo de monjes deambulando por el campo, todos vestidos con su habitual cogulla y capuchón.
De hecho, habitantes de la zona, dicen que sí fueron monjes que quedaron petrificados tras muchas horas de meditación.
También parece como si fueran en procesión, todos formados en filas de cinco. Incluso, hay rocas que cuentan historias amorosas, que se pueden apreciar a simple vista.
Descubre el Valle de los Monjes en Chihuahua
Escondido en la Sierra Tarahumara, el Valle de los Monjes es una maravilla natural que todos debemos conocer.
Existen muchas teorías sobre su formación, sin embargo, los científicos dicen que estas rocas son producto de fenómenos geológicos combinados con el desgaste producido por viento, agua y sol.
Cada roca puede llegar a medir hasta 60 metros de alto, por esta razón, cuando se ven de cerca pueden resultar muy imponentes.
Muchas personas se han atrevido a escalar estas formaciones rocosas, con el único fin de corroborar que son reales y no producto de un malentendido visual.
Desde lejos se puede apreciar las hermosas rocas, pero, a medida que te vas acercando, comienzas a observar qué tan grandes son en realidad, a tal punto de perderte entre sus enormes sombras.
El lugar está rodeado por un silencio profundo, el cual se va agudizando más a medida que va cayendo la noche, un destino que invita totalmente a la contemplación de semejante enigma.
Este lugar también es conocido como Valle de Bisabírachi, es llamado así por los tarahumaras, quienes tienen la creencia de que las rocas son dioses petrificados que están dispuestos a escuchar las plegarias de sus habitantes.
Qué hacer en el Valle de los Monjes
Este destino natural es para todos los gustos, desde los viajeros más tranquilos hasta los más aventureros.
Aquí puedes pasar un día entero contemplando el paisaje y fotografiándolo, asimismo, puedes practicar actividades como senderismo, rapel y ciclismo de montaña.
Leyenda
Cuenta la leyenda que hace millones de años, cuando la tierra era muy joven, las rocas, sin importar su tamaño, eran suaves y maleables.
En esos primeros tiempos de nuestro planeta existió una población que decidió dejar como legado de su existencia unas gigantescas figuras.
El nombre de aquella comunidad, así como su lengua y costumbres están perdidos en las arenas del tiempo.
Sin embargo, las piedras que ellos moldearon siguen en el mismo lugar donde las dejaron, brindando su majestuosidad a los visitantes del lugar que hoy en día se conoce como el Valle de los Monjes.