Centro Cultural General Estrada
Nuestra ciudad capital, desde la demolición del Teatro Apolo (1948), no contaba con instalaciones apropiadas para la promoción y la difusión cultural.
El Centro Cultural Genaro Estrada vino a llenar este vacío que constituía un obstáculo a la difusión y promoción de la cultura y dar impulso a la creatividad artística de los Sinaloenses.
No omito mencionar que antes de este conjunto arquitectónico se construyó el Teatro Óscar Liera del IMSS -puesto en operación en la década de los años 60¨s del siglo pasado- e instalaciones de cines que a su desaparición se transformaron en salas de espectáculos artísticos, auditorios para eventos sociales y políticos, como lo fueron el Cine Diana (hoy ocupa ese espacio el Hotel San Marcos) y el Cine Reforma, edificio donado al gobierno municipal por la extinta Compañía Operadora de Teatros y acondicionado como auditorio, primero Modular Inés Arredondo y después como Museo Interactivo de Adicciones, conocido por sus siglas MIA, solo por mencionar los más importantes.
Parecería una contradicción que el espacio donde se construyó este conjunto arquitectónico, desde principios del siglo pasado, lo ocupó el edificio que sirvió de prisión, la Cárcel Municipal, una de las obras financiadas al municipio por el gobierno porfirista para las Conmemoraciones del Centenario de la Independencia Nacional (1910); y los más representativos del estilo neoclásico decimonónico que impuso su constructor el Ingeniero Luis F. Molina.
La contradicción se visibilizó aún más en el medio social por la decisión tomada por las autoridades estatales de demoler un edificio histórico de valor cultural patrimonial para construir sobre sus escombros un conjunto arquitectónico modernista que prestaría los necesarios servicios culturales y ser la sede de la Dirección de Investigación y Fomento de la Cultura Regional (DIFOCUR), dependencia pública símbolo del inicio de las políticas culturales en Sinaloa, hoy transformado en el Instituto Sinaloense de Cultura (ISIC).
Esta moderna infraestructura cultural fue la obra emblemática del gobernador Alfonso Genaro Calderón (1975–1980); fue inaugurado en el año de 1977 por el Presidente de la República José López Portillo, evento que causó un gran impacto social, especialmente entre la comunidad artística de Sinaloa.
Hoy es la edificación ícono de la cultura y el arte de Sinaloa de donde irradia un movimiento cultural que da cauce, orden y congruencia a todas las manifestaciones y expresiones artísticas, creativas, de los sinaloenses;
La construcción de este centro cultural, en ese momento, posicionó a Culiacán en a la vanguardia de las ciudades emergentes de México que ya contaban con instalaciones funcionales para desarrollar todo tipo de eventos artísticos; dotó a la ciudad del Teatro Pablo de Villavicencio, la Sala Socorro Astol de usos múltiples, el ágora al aire libre, salas de exposiciones, Sala Antonio López Sáenz, Biblioteca Gilberto Owen, aulas y talleres para la formación artística, Escuela de Arte José Limón, sala de cine y oficinas administrativas.
Todavía permanece en la memoria urbana de los culiacanenses la antigua cárcel municipal, edificio que construyó el Arquitecto de la Ciudad, Luis F. Molina, de corte clasicista, sin duda, el más representativo del método de diseño académico que aplicó en casi todas sus obras.
Ésta instalación curiosamente -otra contradicción- se edificó en el cruce de las entonces calles Libertad (ahora Rafael Buelna) y la calle Independencia (hoy Ruperto L Paliza).