Palacio Nacional CDMX
El Palacio Nacional es la sede del Poder Ejecutivo Federal de México. Ubicado al oriente de la Plaza de la Constitución en el Centro Histórico de la Ciudad de México, en la demarcación Cuauhtémoc, está construido sobre un área de 40 000 m². Al formar parte del mencionado conjunto arquitectónico en esa área de la ciudad, es en consecuencia Patrimonio de la humanidad desde 1987.
Su construcción se inició en 1522, como segunda residencia privada de Hernán Cortés, encima de una parte del palacio del huey tlatoani Moctezuma Xocoyotzin. Luego fue adquirido por la corona y destinado como sede de los Virreyes de la Nueva España, y de la mayoría de las instituciones coloniales. Durante aquel periodo sufrió un gran incendio y fue semidemolido en 1692.
Posteriormente, fue reconstruido por las autoridades virreinales. Consumada la Independencia de México, fue sede de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial de los diferentes regímenes republicanos y monárquicos del país durante la mayor parte del siglo XIX; incluso fue residencia personal de todos los gobernantes entre 1822 y 1884; a partir de ahí, permaneció como oficina presidencial hasta 1968, recuperando parcialmente dicha función en 2012, y de manera completa en 2018. Además, a partir de julio de 2019 volvió a ser residencia del presidente de la república.
Sin embargo, ha sido permanentemente escenario de actos oficiales, protocolarios y cívicos de la Presidencia de la República, tales como la recepción de Jefes de Estado y de gobiernos extranjeros, entrega de cartas credenciales del cuerpo diplomático y las ceremonias festivas del Grito de Dolores (15 de septiembre) y del inicio de la Independencia (16 de septiembre).
Por casi quinientos años, esta construcción ha tenido un gran número de ampliaciones y modificaciones en las que han quedado plasmadas las huellas de los distintos gobiernos que ha tenido el país durante el periodo colonial, así como durante su vida como nación independiente.
En su construcción se pueden encontrar elementos neoclásicos, barrocos y neocoloniales, siendo el aspecto que hoy tiene el edificio en su exterior resultado de su última ampliación, acontecida durante la segunda década del siglo XX cuando fue añadido el tercer nivel. Alberga un valioso patrimonio histórico-artístico, destacando el conjunto de murales de Diego Rivera.

Historia de Palacio Nacional CDMX
Siglo XVI
Durante la Conquista de México de 1519 a 1520, las fuerzas de Hernán Cortés pusieron sitio a Tenochtitlan y en su avance destruyeron la mayor parte de la ciudad. Derrotados los tenochcas, Hernán Cortés se apropió de ella, junto con el Palacio de Axayacatl o Casas Viejas de Moctezuma, donde se hospedó durante la primera etapa de la Conquista, y en enero de 1522 comenzó la reconstrucción de la ciudad de México-Tenochtitlan, lo que ahora se conoce como el Centro Histórico de la Ciudad de México.
La nueva ciudad reconstruida se hizo habitable a partir de 1524, bajo una nueva traza de corte europeo, la cual incluía una plaza central y casas para los conquistadores indígenas y españoles. Las de estos últimos, con una marcada forma de fortaleza.
Hernán Cortés como principal conquistador toma el predio del Palacio de Axayacatl ubicado en el lugar que hoy ocupa la casa matriz del Nacional Monte de Piedad y que para la época se encontraba dando frente a la plaza del Empedradillo y a la antigua construcción de la Catedral, en este estableció su primera residencia en la ciudad, por lo que se le conoció como Casas Viejas de Cortés. Más tarde, la Real Audiencia y el primer virrey Antonio de Mendoza la tomaron como casa de gobierno.
Cortés, al verse impedido de utilizar su residencia utilizada por el gobierno novohispano, inició la construcción de un nuevo palacio para su uso personal en los terrenos que antes habían ocupado las Casas Nuevas de Moctezuma; residencia que conformó parte de su Marquesado del Valle de Oaxaca, ratificado por cédula real del emperador Carlos V en 1529.
El propio Cortés, ayudado por Luis de la Torre y Juan Rodríguez de Salas, se encargó de hacer la traza del edificio, en el predio que ocupaban las Casas nuevas de Moctezuma y una parte donde estuvo el templo de Tezcatlipoca.

En 1528 ya podían verse los muros de la planta baja y empezaban a levantarse las habitaciones, columnas y arcos de los patios, todo en cantera labrada.
Debido a la lentitud de las obras, Cortés solo habitó por un breve lapso su palacio. Para la construcción usó la mano de obra y materiales que tenía en su marquesado, sobre todo de los pueblos dependientes de Coyoacán, como Tacubaya (para piedras y arena), Cuajimalpa (para madera), etc.
En los años inmediatos a la conquista, la Plaza Mayor de la ciudad de México mostraba en su lado oriental la nueva gran propiedad de Hernán Cortés; hacia el sur, las construcciones que albergaban las casas del Cabildo, la cárcel del ayuntamiento y la carnicería; hacia el poniente se levantaban las Casas Viejas de Cortés, rentadas para albergar a la Real Audiencia y al virrey.
En el lado norte se encontraba un modesto nuevo templo religioso y las ruinas del Templo Mayor mexica que con el tiempo dejarían su lugar a la catedral.
La construcción del palacio culminó en 1550, entre encendidas disputas legales del conquistador y sus herederos con las autoridades enviadas por el rey de España.
A la muerte de Cortés en 1547, la obra constaba de tres patios arcados y dos pisos, así como de una extensa huerta en el área que luego sería la Plaza del Volador y que hoy ocupa el edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Al crecer la burocracia del gobierno virreinal, se hizo necesario contar con una sede propia para albergar las instituciones de la Nueva España y con el fin de dejar de pagarle renta a Cortés y a sus herederos.
Tras 41 años de litigios sobre rentas y prerrogativas de los Cortés es como el 19 de enero de 1562, el segundo virrey Luis de Velasco y Ruiz de Alarcón y Martín Cortés, hijo del conquistador, acuerdan la venta del palacio ubicado al costado oriente de la Plaza Mayor de la ciudad, en 264 mil reales (equivalente a 33 mil pesos de aquella época), por lo que devuelven a la familia de Cortes el palacio frente a la catedral. De inmediato fueron trasladadas ahí algunas dependencias virreinales, para lo cual el virrey Luis de Velasco encargo al arquitecto Claudio Arciniega reparar y adaptar las habitaciones de la Casa Real de los Virreyes.
Ocho meses después, las Casas Nuevas de Cortés se convierten en la sede del poder virreinal, que por lo mismo reciben desde entonces el nombre de Palacio Virreinal.
La construcción de ese entonces se trataba de una maciza fortaleza con troneras en las esquinas, para los cañones y aspilleras en el suelo, para la fusilería; tenía 19 ventanas a lo largo del segundo cuerpo y al centro, sobre el petril, un reloj y una campana.
Colindaba al norte con una especie de plaza, la cual terminaba en la actual calle de Moneda que tenía un canal y daba frente al palacio del Arzobispado, al oriente con otro terreno baldío que debió de servir como patio, huerta y ruta de escape para las Ataranzas (puerto de las embarcaciones que navegaban rumbo a Texcoco), al sur con la acequia Real (actualmente la calle de Corregidora), que cruzándola contaba con un terreno en el cual se ponía un mercado que después se conocería como la Plaza del Volador, y al poniente con la Plaza Mayor y el mercado del Parian.
El edificio fue adaptado en 1563 para albergar al gobierno, siendo el segundo virrey Luis de Velasco y Ruiz de Alarcón el primero en residir en él, dentro del piso superior del palacio, junto con la Real Audiencia, mientras tenía abajo la cárcel de la Corte Real (la cual fue quemada en 1659) y una serie de bodegas donde los comerciantes podían ser vigilados.