Museo del Juguete Antiguo México (MUJAM)
Las voces de la calle se detienen: expectante, un cohete amarillo se asoma a través del cristal de un edificio de tres pisos.
Acompañado de un triciclo rojo, un carrito azul, una muñeca vintage y varios juguetes más, la nostalgia llama al curioso que se detiene a admirar esta escena que abre las puertas del Museo del Juguete Antiguo México (MUJAM), un peculiar espacio en la CDMX.
Inaugurado en 2006, el MUJAM tiene su origen en la dulcería “Avenida” y la papelería “La Primavera” que se encontraban en la avenida Niño Perdido (hoy Eje Central), negocios que destacaban por los juguetes que vendían en época decembrina y en donde Roberto Shimizu, director del museo, siendo un niño, adquirió las primeras piezas de esta colección.
Con los años, ésta creció de manera exponencial hasta instalarse en su actual hogar en la colonia Doctores.
Con seis salas y tres espacios destinados para exposiciones temporales, sus aparadores de madera dan orden a más de 45 mil objetos que van desde historietas de Chanoc (un superhéroe mexicano), figuras de trapo de Cantinflas, robots de hojalata, cajas de cerillas, radios multicolores, estampillas postales, cartagramas, cajas musicales de la abuela, bicicletas y una imponente plataforma musical que utilizó la Sonora Santanera, una de las agrupacines de salón más importantes en México en los años 50. El viaje a través del tiempo es inevitable.
Si pones atención, por los pasillos del museo encontrarás pequeños letreros como: “El niño que no juega no es niño” o “Tenemos que hacer que nuestros niños tengan algo que contar”, mensajes que resaltan el trabajo del MUJAM como un puente entre el pasado y el presente, la unión de generaciones que inicia con unos animales en miniatura de cuerda (como un cerdo y un gato) de 1920 que, forrados con la piel original del animal, son los juguetes más antiguos resguardados en el lugar.
Aunque la colección se alimenta de objetos de países como México, Alemania y Japón, más de uno dará un suspiro al ver clásicos mexicanos como la muñeca Latiditos Lili, al bebé Berrinchitos, Lili Ledy, Lili Pelucas y el Bebé gateador.
Además, sus exposiciones temporales muestran colecciones privadas para los fans expertos de personajes icónicos como El Santo, donde se pueden observar las botas originales usadas por el luchador mexicano Rodolfo Guzmán Huerta.
Las paredes de este museo con más de 10 años de vida también guardan parte de su historia, pues gran en parte de ellas se ha plasmado el trabajo de artistas urbanos de México y el mundo, el cual ha salido a las calles desde 2013 para crear el proyecto Lienzo Capital en alianza con el Instituto de la Juventud de la CDMX el cual unió el talento de estos artistas con los espacios públicos en la Ciudad de México.
Para llevar el street art a toda la urbe, MUJAM y Capital Bus intervinieron una de las unidades turísticas con al arte de Francesco Pinzón. Sé observador, seguro la encuentras dando vueltas por la ciudad.
Si en casa tienes juguetes en desuso puedes venir al MUJAM y donarlos. Si te enamoraste de alguno, pregunta en la planta baja en su sección de venta y adquiere modelos únicos.
Esta es una manera de llevarte un pedacito del museo pues, aunque se exhiban 45 mil piezas, en las bodegas se contabilizan hasta un millón: una cifra que la convierte en la colección más grande del mundo.
Exposiciones y ejemplares, Museo del Juguete Antiguo México
El museo está dividido en nueve salas de exhibición, cuatro pisos y una terraza de arte urbano, entre las que se encuentran temáticas como la lucha libre, los juguetes antiguos y tradicionales, los juguetes de colección de la época industrial (como las muñecas de sololoy), barbies, carritos, robots, entre otros.