Mérida, Yucatán
Mérida (en maya: Joʼ) es la capital y ciudad más poblada del estado de Yucatán, cabecera del municipio homónimo y la duodécima urbe con más habitantes de México.
Se encuentra ubicada al noroeste del estado en la región sureste del país, zona de la que es el principal centro social, cultural, económico y educativo.
En 2020, la ciudad contaba con una población de 921 771 habitantes y es el centro neurálgico de la denominada Zona Metropolitana de Mérida en la que se encuentran conurbados cinco municipios de Yucatán y que alberga a una población de 1 316 088 habitantes, siendo la undécima área metropolitana más habitada del país.
Su rica herencia cultural es producto de la mezcla de las culturas maya, española y africana durante la época colonial influenciada posteriormente por las culturas francesa y libanesa con algunas aportaciones de la neerlandesa, coreana e italiana.
Es una de las ciudades con mejor calidad de vida del país y una de las más seguras de América. La Catedral de Mérida, construida con piedras de ruinas mayas adyacentes, es la más antigua de la América continental y el Centro Histórico de Mérida es el segundo más grande del país solo detrás del Centro Histórico de la Ciudad de México, metrópoli de la que se localiza a unos 1009 km de distancia.
La ciudad fue fundada el 6 de enero de por Francisco de Montejo, «El Mozo» sobre los vestigios de la ciudad maya de T’Hó o Joʼ, que se encontraba virtualmente deshabitada cuando los europeos conquistaron la península de Yucatán.
Fue la capital de la Capitanía General de Yucatán de 1565 a 1786 y de la Intendencia de Yucatán de 1786 a 1821.
Historia
Mérida fue fundada el 6 de enero de 1542 por el español Francisco de Montejo el Mozo y cien familias españolas. Esta ciudad fue construida sobre las ruinas de la población maya Ichkaansihó, que en maya significa ‘Cinco cerros’, también conocida como T’Hó, ya abandonada a la llegada de los españoles, en el siglo XVI. Consigna el historiador Juan Francisco Molina Solís que cuando los soldados españoles entraron a T’Hó, en 1541, «apenas había 200 casas de palma ocupadas por aproximadamente un millar de indígenas mal nutridos, junto a colosales ruinas y restos de edificios sorprendentes y bellos que coronaban agrestes cerros cubiertos de añeja arboleda».
Época colonial
La Catedral de San Ildefonso es, de entre las subsistentes, la más antigua de la América continental.
Parte de la arquitectura colonial de la ciudad correspondiente a los siglos XVII y XVIII puede ser apreciada en el centro de la ciudad.
Durante este período, a fin de proteger la ciudad de las sublevaciones indígenas se propuso un plan de amurallamiento, del que sólo se llevaron a cabo el muro rodeando la ciudad con las entradas o arcos. Actualmente solamente se conservan el arco del Barrio de San Juan y los arcos de Dragones y del Puente en el barrio de la Mejorada.
México independiente
Durante el siglo XIX e inicios del XX hubo un proceso de «afrancesamiento» de la arquitectura urbana que quedó plasmado en las viejas casonas construidas en esa época en el paseo de Montejo muchas de las cuales existen todavía.
Los años del oro verde, los del auge henequenero, a finales del siglo XIX, constituyeron una época de afluencia económica para Mérida.
La situación de bonanza permitió que la ciudad tuviese alumbrado público eléctrico y tranvías antes que muchas otras ciudades de México.
A principios del siglo XX Mérida contaba con un gran número de familias adineradas que contrastaban con una pobreza muy generalizada de la población indígena.
El paseo de Montejo antes mencionado es una avenida construida en ese entonces e inspirada en los grandes bulevares de París, a cuya vera se construyeron las mansiones de los acaudalados hacendados henequeneros.