Leyendas cortas mexicanas
Leyendas mexicanas cortas que te asombrarán
México tiene una gran riqueza de leyendas y relatos que son parte esencial de su historia e identidad. En cada lugar del país existe un vasto repertorio de leyendas con espectros, callejones misteriosos o personajes históricos. Estos relatos siguen vivos en la tradición oral de los mexicanos y despiertan la curiosidad de sus visitantes.
El callejón del beso
En la ciudad de Guanajuato hay un misterioso callejón al que todos los visitantes del lugar quieren acudir.
Existe una leyenda en torno a este lugar, transmitida de generación en generación, que lo convierte en un sitio emblemático. Quienes acuden allí suelen ir acompañados de sus parejas para fotografiarse y besarse en el tercer escalón del callejón.
Con esta tradición, los enamorados pretenden asegurar su felicidad unos cuantos años. Es un lugar que, gracias a la leyenda, se ha convertido en todo un símbolo del amor.
Cuenta la leyenda que Carmen era una joven hermosa y cariñosa que vivía con su intransigente padre. Carlos era un apuesto galán humilde dedicado a cumplir con su trabajo.
Un día, por casualidad, Carmen y Carlos se conocieron y entre ellos surgió un lazo indestructible. Desde entonces, el joven se situaba bajo el balcón de la casa de Carmen, quien le respondía siempre con una sonrisa. Así pasaron semanas hasta que, más tarde, iniciaron una conversación.
Pasó el tiempo y los jóvenes planeaban un futuro juntos. Cuando menos lo esperaban, el padre de la joven se enteró de sus encuentros. Entonces, amenazó a su hija con recluirse en un convento. A pesar de esto, Carmen y Carlos decidieron continuar con la relación en secreto.
Carlos alquiló una habitación situada frente a la casa de su amada, donde podría hablar con ella de balcón a balcón. Un día, el padre de la joven les pilló besándose desde el balcón y, lleno de furia, clavó una daga a su hija y le quitó la vida. Desde entonces se conoce este lugar como Callejón del Beso.
La Llorona
Esta leyenda, de origen prehispánico, es una de las más conocidas en México. Aunque se desconoce dónde se originó ni cuándo, este personaje se ha convertido en un espectro muy importante en la identidad cultural de Hispanoamérica.
La Llorona cuenta con diferentes versiones y se ha transmitido de generación en generación, muchas veces, con la intención de que los niños obedezcan a sus padres.
Dice la leyenda que hace muchos años aparecía en Xochimilco la figura de una mujer vestida de blanco, la cual cruzaba las calles de la ciudad mientras lamentaba: ¡Ay, mis hijos!
Los habitantes de la ciudad decían que se trataba de una pobre mujer que había sufrido por un hombre que la había abandonado. Entonces decidió ahogar a sus hijos en un río y, arrepentida, intentó quitarse ella la vida. Pronto fue apodada como la Llorona.
Dicen que, a día de hoy, el espectro sigue apareciendo por las noches y recorre la ciudad con su vestimenta blanca. Aún hoy se puede oír su desgarrador lamento.
Sac Nicté
Esta antigua leyenda maya de temática amorosa se origina a partir de la factura de la legendaria alianza de los estados mayas de Uxmal, Chichén Itzá y Mayapán.
El poeta e historiador mexicano Antonio Mediz Bolio difundió esta leyenda en su libro La Tierra del Faisán y del Venado (1922) con el nombre Chichén-Itzá y la princesa Sac-Nicté.
Dice la leyenda qeu Sac-Nicté era una antigua princesa cuando Mayapán, Uxmal y Chichén Itzá conviven como las grandes urbes de la cultura maya. Era una época en la que sus reyes habían hecho un pacto de paz y no existían los ejércitos. Cuando Canek tuvo 3 veces 7 años, se convirtió en rey de Chichén Itzá y vio por primera vez a la princesa Sac Nicté teniendo ella apenas 3 veces 5 años. Desde ese momento, ambos supieron que sus vidas estarían destinadas a estar juntos por la eternidad. En cambio, Sac-Nicté había sido destinada por su padre, rey de Mayapán, para ser esposa de Ulil, un sub heredero del reino de Uxmal.
Faltando solo 37 días para la boda, un mensajero de Mayapán citó al príncipe Canek para invitarlo a la boda, a lo que respondió que no faltaría. Esa misma noche un enano viejo visitó a Canek y le susurró: “la flor blanca te espera entre las hojas verdes”, ¿vas a dejar que otro la arranque? Justo después, el enano desapareció.
En Uxmal todo se preparaba para la boda, la ciudad entera había sido decorada para la gran ocasión. Justo cuando Sac-Nicté estaba a punto de contraer matrimonio, Canek apareció con sus guerreros y se llevó a la princesa frente a la mirada de todos, dejando al príncipe Ulil plantado.
Este hecho terminó con la paz y Uxmal y Mayapán se unieron en guerra en contra de Chichén Itzá. Antes de que la guerra estallara, los habitantes del Chichén Itzá partieron una noche con la luz de la luna para salvar su ciudad. Cuando llegaron los enemigos de Uxmal y Mayapán se encontraron la ciudad de Chichén Itzá vacía, la cual decidieron incendiar. Desde entonces la ciudad quedó abandonada hasta nuestros días.
La dama enlutada
La dama enlutada es una leyenda urbana de principios del siglo XIX muy conocida de la ciudad de Guadalajara, capital de Jalisco.
Al parecer, la historia fue transmitida por los serenos, quienes vigilaban las calles durante las noches mientras los habitantes de la ciudad permanecían en sus hogares.
Cuenta esta leyenda que, al casi caer la medianoche, algunas personas fueron testigo de cómo un espectro femenino salió de la Catedral y puso rumbo hacia el norte de la ciudad. La mujer vestía de negro y, cuando llegó frente al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, atravesaba la calle y después desaparecía.
Esa noche, la enlutada cosechó varias muertes. Aquellos que la persiguieron fueron sus víctimas cuando escuchaban su tenebroso grito.
La china Hilaria
Esta leyenda tiene su origen en Aguascalientes, en el barrio del Encino, allí surge la historia de obsesión que da pie a una expresión utilizada usualmente en el lenguaje coloquial mexicano.
Cuenta la leyenda que, en la calle de la Alegría, hace muchos años vivió Hilaria Macías, conocida por todos como china Hilaria, ya que tenía el cabello muy rizado y hermoso.
Con el tiempo un hombre poco recomendable, conocido como el Chamuco, se enamoró de Hilaria. Esta no quiso corresponderle, ya que sentía cierto rechazo, no solo a su aspecto, sino también a su personalidad. El cambio, el Chamuco insistía, primero con modestia, después con palabras soeces.
Hilaria comenzó a sentir miedo y decidió visitar al cura para que hablara con Chamuco. El padrecito le dijo al hombre que pidiera a Hilaria uno de sus rizos afirmando: “Si consigues alisarlo, en unos 15 días, te corresponderá”.
Chamuco siguió las recomendaciones del cura y, pasadas dos semanas, harto de querer enderezar el rizo, acudió a la magia negra.
Asistió a un brujo que invocó al Diablo. Este le pidió su alma como recompensa y el Chamuco aceptó. Tras días y días de trabajo no pudo hacer nada.
Chamuco reclamó al diablo su falta de seriedad y este, enojado, se fue. Desde entonces, Chamuco quedo loco andando por las calles del encino atormentado. Cada vez que alguien le preguntaba cómo estaba, solo respondía: “De la china Hilaria”.
Leyenda de la flor de cempasúchil
En el Día de Muertos la flor cempasúchil se convierte en un componente fundamental. Esta flor, cuyo nombre proviene del náhualt “cempoalxochitl” y significa “flor de veinte pétalos” se ha convertido en todo un símbolo de la ofrenda de este día tan importante.
Se dice que el olor de los pétalos marca el camino que tienen que recorrer las almas de los difuntos hacia su ofrenda en el mundo de los vivos. Esta leyenda de temática amorosa trata de explicar cuál es el origen de esta flor tan especial.
Dice la leyenda que hace mucho tiempo existieron una niña llamada Xóchitl y un niño llamado Huitzilin.
Ambos crecieron juntos y pasaron mucho tiempo unidos durante la infancia, incluso, iniciaron una historia de amor durante la juventud.
Un día, decidieron subir a lo alto de una colina, allí donde el sol deslumbraba con fuerza, pues sabían que allí moraba el Dios del Sol.
Su intención era pedirle a Tonatiuh que les diera la bendición para poder seguir unidos. El Dios sol aceptó y bendijo su amor.
Pronto, la tragedia llegó a ellos cuando Huitzilin fue enviado a participar en una batalla para defender a su pueblo y tuvo que separarse de Xóchitl.
Pasó un tiempo y Xóchitl se enteró de que su amado había fallecido en el conflicto. La muchacha sintió tanto dolor que le pidió a Tonatiuh unirse con su amado en la eternidad.
El Dios del Sol, al ver a la joven tan apenada, decidió convertirla en una hermosa flor. Así que lanzó un rayo dorado sobre ella, entonces, creció en la tierra un botón que permaneció cerrado durante mucho tiempo.
Un día, apareció un colibrí atraído por el aroma de la flor y se posó sobre sus hojas. Fue entonces que la flor se abrió y mostró su color amarillo, como el mismo sol. La flor había reconocido a su amado Huitzilin, el cual ahora tenía forma de colibrí.
Cuenta la leyenda que mientras exista la flor de cempasúchil y haya colibríes, el amor de Xóchitl y Huitzilin vivirá por siempre.
El autobús fantasma
Esta leyenda urbana tiene su origen en la ciudad de Toluca. Se trata de una historia aterradora basada en un episodio real que tuvo lugar durante los años ochenta del siglo XX, cuando un autobús que transitaba por una carretera nocturna jamás llegó a su destino.
El misterioso suceso dio pie a diferentes versiones sobre los acontecimientos que hoy en día se siguen transmitiendo.
Cuenta la leyenda que, en una vieja y peligrosa carretera que unía Toluca con Ixtapan de la Sal, un autobús circulaba de madrugada de Ixtapan de la Sal hacia Toluca.
Todo iba bien hasta que comenzó a llover, momento en que el autobús tenía que tomar curvas muy peligrosas y pasar por un puente en el que solo cabe un vehículo.
De repente, los viajeros se asustaron al ver que el autobús había tomado más velocidad. El conductor se percató de que los frenos estaban fallando.
Pronto, en una de las curvas, el autobús se precipitó al vacío, dejando víctimas y sin sobrevivientes. El autobús número 40 se incendió y jamás llegó a su destino.
Dice la leyenda que desde entonces, si transitas por esa carretera durante la madrugada e intentas subirte a un autobús, posiblemente sea el número 40.
Si subes al autobús, no deberás hablar en ningún momento. Antes de bajar, jamás deberás mirar hacia atrás en el autobús. Si lo haces no sobrevivirás.
La leyenda de los volcanes
Conocidos como “el Popo” y “la mujer dormida”, los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl han dado lugar a diferentes leyendas, especialmente relacionadas con su origen.
En esta antigua leyenda maya, el amor y la desgracia de los enamorados son la causa del nacimiento de los volcanes. Se trata de una historia que, con el tiempo, ha dado pie a creaciones como El idilio de los volcanes del poeta peruano José Santos Chocano.
Dice una antigua leyenda que los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, de los más altos de México, representan a una doncella y un joven guerrero Tlaxcaltecas. Iztaccíhuatl era la princesa más bella y se enamoró del guerrero Popocatépetl, uno de los más valientes de su pueblo.
Antes de partir a la guerra en la que los Tlaxcaltecas se encontraban inmersos frente a los aztecas, el joven guerrero pidió la mano de la doncella Iztaccíhuatl. El cacique le concedió su deseo, a cambio de que volviera sano y salvo del conflicto.
Mientras Iztaccihuatl esperaba el regreso de su amado, un rival de Popocatépetl engañó a la joven y le dijo que el muchacho había fallecido en la guerra. Entonces, la princesa murió de tristeza en poco tiempo.
Cuando Popocatépetl regresó victoriosos del combate, recibió la mala noticia. Durante días y noches el joven vagó por la ciudad pensando cómo podía honrar el gran amor que se habían tenido. Así fue como ordenó construir una gran tumba bajo el sol, amontonando 10 cerros para levantar una enorme montaña.
Entonces, tomó el cuerpo de la princesa y la recostó en la cima de la montaña. Allí, la besó por última vez para después, con una antorcha humeante en la mano, arrodillarse a velar por su sueño eternamente.
Desde entonces permanecen juntos uno frente a otro y, con el tiempo, la nieve cubrió sus cuerpos convirtiéndolos en dos enormes volcanes.
Camécuaro, el lago de lágrimas
En el Parque Nacional de Camécuaro, en Michoacán, existe un lago cuyo origen ha supuesto el surgimiento de distintas leyendas.
Esta es originaria de la cultura purépecha, cuyos miembros consideraban los lagos como algo sagrado. En ella se descubre el origen de este precioso lago de agua cristalina, cuyo nombre significa “lugar de la amargura oculta”.
Dice una antigua leyenda que Huanita, princesa purépecha, se enamoró de Tangáxhuan, sobrino del fundador del Imperio Purépecha.
Un día, Candó, un sacerdote, la secuestró y la recluyó en una yácata. Se dice que la princesa lloró tanto que sus lágrimas formaron un lago. De ahí que Cameruco signifique “lugar de la amargura oculta”.
Pronto Tangáxhuan, al enterarse de la noticia, fue al lugar donde estaba Huanita. Cuando vio a Candó le lanzó una flecha con su arco. La flecha se clavó en un sabino, el cual se partió y de allí se formó un manantial de agua verde.
Cuentan que las personas que se introducen en el lago de Camécuaro ven aparecer en sus aguas la figura de una mujer que intenta que se queden con ella para siempre.
Leyenda de la casa de las brujas
Esta leyenda surge de una vivienda situada en la ciudad de Guanajuato, cuya construcción data del año 1895. Actualmente, forma parte de un hotel, pero los rumores sobre ruidos por las noches siguen persistiendo y despertando la curiosidad de aquellos interesados en fenómenos paranormales.
Cuenta la leyenda que el dueño de esta casa ubicada en Guanajuato vivía allí con su pequeña hija Susan cuando lo mandaron a la cárcel por cometer un delito.
Así, la niña quedó con sus tías, las cuales no la trataron nada bien. Las mujeres la encerraron en un sótano y no le proporcionaban alimentos. Días después, los vecinos aseguraban escuchar lamentos cuando fue hallado el cuerpo sin vida de la joven.
Se dice que en las noches de luna llena la casa se vuelve terrorífica, quienes transitan por ahí aseguran ver a una joven asomándose por una de las ventanas.
La novia del mar, Leyendas cortas mexicanas
Esta leyenda tiene su origen en Campeche, en la península de Yucatán. Se trata de una historia de esperanza y anhelo, de un amor perdido. En la ciudad de Campeche se puede ver una escultura de una mujer que espera en el Malecón, se trata de una figura que esconde detrás la siguiente leyenda.
Dice la leyenda que hace muchos años vivía en la ciudad de Campeche una hermosa mujer que solía pasear por la costa para ver las enormes embarcaciones que llegaban al puerto.
Una tarde, durante sus paseos, la joven quedó asombrada de un marinero y se enamoró perdidamente de él.
Pronto, los encuentros eran frecuentes y se volvieron inseparables. Dicen que el mar sintió celos al ver que la joven ya no visitaba cada día la costa, ni tocaba el agua con sus dedos.
Entonces, un día que el marinero zarpó, el mar transformó sus celos en ira y decidió separarlos para siempre. Su furia creó una enorme tormenta que hundió el barco donde viajaba el marinero. El joven nunca más regresó.
Desde aquel momento la mujer espera cada tarde en la playa. Siempre se verá en el malecón de Campeche, mirando hacia el mar.
La mulata de Córdoba, Leyendas cortas mexicanas
Se trata de una leyenda de la época Virreinal de México originaria del Estado de Veracruz, es una figura que forma parte del folclore mexicano contemporáneo. Esta leyenda, cuya temática se centra en la brujería y superstición, cuenta con diferentes versiones.
Aunque no existen evidencias de la existencia de esta mujer, su figura ha intrigado a investigadores y estudiosos a través de los siglos.
También la leyenda ha sido la base de obras como la ópera homónima estrenada en 1948 de Xavier Villaurrutia y Agustín Lazo, también cuenta con versiones cinematográficas.
Cuenta la leyenda que, allá por el siglo XVII, se fundó la ciudad de Córdoba. Allí llegó sola una mujer mulata muy hermosa.
Todos los hombres quedaban prendados con ella a su paso. Pronto, su presencia en la ciudad comenzó a tener reacciones contrapuestas.
Algunos la rechazaban, los supersticiosos decían que tenía un pacto con el diablo; que tenía poderes mágicos que le permitían estar en dos lugares al mismo tiempo.
Otros la veneraban porque decían que era una virtuosa en las artes de la medicina y era capaz de curar solo con hierbas.
Ante todos los rumores que se fraguaron, la Santa Inquisición no tardó en apresarla y enviarla al presidio de San Juan de Ulúa acusada de brujería.
Allí esperaría al día de su muerte en la hoguera. En su celda, encontró un trozo de carbón y empezó a dibujar con todo lujo de detalles un barco en la pared.
Una noche, mientras el carcelero de turno dormía, desapareció en la nave. Al día siguiente, se encontraron al carcelero con la razón perdida, aferrado a la reja del calabozo vacío.
Popchón y Xulubchon, Leyendas cortas mexicanas
Esta leyenda originaria el pueblo tzotzil, que habita en Chiapas, y es transmitida por los tzotziles de San Pedro Chenalhó. Esta historia trata de dar explicación, entre otras cosas, a la causa de la lluvia en el planeta.
Cuenta la leyenda que, hace muchos años, los antiguos tzotziles predominaban en la región central y centro norte de Chiapas. Allí vivían felices, ya que tenían los suficientes recursos hídricos para nutrirse, bañarse y cultivar productos como el maíz y el frijol. También saciar la sed de sus animales.
En cambio, no siempre había reinado la prosperidad allí, dice la leyenda que existió una enorme serpiente acuática: Popchón. Este reptil tapó con su gran cabeza el cauce del río Grijalva, en el Cañon del Sumidero, esto provocó una creciente que inundó poblaciones cercanas.
Ante esta situación los vayijeltik , espíritus animales protectores de los tzotziles, unieron fuerzas para derrotar a Popchón, pero no pudieron. Después, recurrieron a la X´ob, alma del maíz, quien sí pudo acabar con la serpiente. Esto hizo que el agua del río siguiera su curso.
En este lugar, se dice, también había otra serpiente enemiga Xulubchón, quien se encargó de dividir montañas y cerros para que pasaran los arroyos. Xulubchón alteraba el cauce de ríos e invocaba tormentas para limpiar las aguas de los afluentes. Aunque, esta serpiente no tuvo un mal final ya que, según la leyenda, era la encargada de traer la lluvia al planeta.
El árbol del amor, Leyendas cortas mexicanas
Esta leyenda del siglo XIX tiene su origen en la ciudad Zacatecas y se trata de una historia que perdura entre las generaciones zacatecanas. La historia data de los años de ocupación francesa y la Guerra de Reforma, y surge en torno al lugar que hoy se conoce como Plaza Miguel Auza.
Cuenta la leyenda que en torno a 1860 vivía una joven llamada Oralia en una casa señorial. Era una joven que contagiaba a todos su alegría de vivir. Juan era un humilde joven que se había enamorado en silencio de Oralia y soñaba con mejorar su situación laboral, pues sentía que su condición lo alejaba de la muchacha.
Por las tardes, cuando Juan salía de la mina, se convertía en aguador, e iba a toda prisa para entregarle el agua a Oralia. Con ella, la joven regaba las plantas de su jardín, especialmente un árbol al que cuidaba con esmero.
Pronto, la muchacha también empezó a enamorarse de Juan. En cambio, había otro joven interesado en Oralia, Philippe Rondé.
Con el paso del tiempo, Oralia se sentía confundida, ya que no podía decidirse por ninguno de los dos. Entonces, debía tomar una decisión.
La muchacha se sintió tan triste que rompió a llorar y se dirigió a su jardín. Allí un árbol que había sembrado hace años y que Juan había regado ya estaba muy grande. Oralia se sentó bajo su sombra y siguió llorando. Sus lágrimas regaban la tierra.
Pronto, las ramas del árbol se posaron en el regazo de la joven y empezaron a caer gotas de agua. Eran las lágrimas del árbol, que pronto se convirtieron en flores blancas. Entonces Oralia se decidió: debía quedarse con Juan.
Al día siguiente, Philippe Rondé le dijo a Oralia que debía volver a su país. La muchacha se sintió aliviada. Esa misma tarde, la muchacha fue a buscar a Juan, a quién abrazó y besó.
Desde entonces, todos los enamorados zacatecanos querían sellar su afecto bajo aquel árbol que, con el paso del tiempo, fue talado.
La isla de las muñecas, Leyendas cortas mexicanas
El origen de esta leyenda urbana de Xochimilco es relativamente reciente, ya que data de la década de los 50 del siglo XX.
La isla de las Muñecas, situada en los canales de Xochimilco, se ha convertido en una atracción turística para curiosos y visitantes de la zona. Es un sitio tan aterrador como misterioso que impresiona a quienes ven un lugar repleto de muñecas de todo tipo.
Dice la leyenda que, allá por los años 50, un hombre llamado Julián Santana decidió recolectar todas las muñecas que aparecían en la zona del canal, después de que una joven muriera allí ahogada.
El hombre decía que había oído los lamentos de la muchacha y, desde entonces, decidió colocar allí las muñecas o partes de ellas que iba encontrando como supuesto símbolo de paz y protección, a fin de espantar a los espíritus malignos.