Lago de Zirahuén
El lago de Zirahuén es un pequeño lago endorreico en el municipio de Salvador Escalante, en el estado mexicano de Michoacán.
Se localiza cerca de la Carretera Federal 14D; en línea recta, unos 30 km al este de Uruapan y 15 km al suroeste de Pátzcuaro.
Toma su nombre del poblado de Zirahuén, que se encuentra en la ribera norte del lago.
El lago de Zirahuén se ubica dentro de lo que se denomina Subprovincia Neovolcánica Tarasca o Corredor Tarasco, un segmento del Eje Neovolcánico de México en el que también se localizan los lagos de Pátzcuaro y Cuitzeo.
En mayor medida, pertenece a la región hidrológica del río Balsas.1 Se trata de un lago de origen vulcano-tectónico, joven, relativamente profundo para su extensión.
Al tratarse de una cuenca endorreica, el lago de Zirahuén es hogar de varias especies endémicas, entre las que destacan el pez Allotoca meeki (tiro de Zirahuén), al igual que varios tipos de cianobacterias.
Al encontrarse en un valle aislado, rodeado de un denso bosque de pino-encino, una de las principales actividades económicas es el turismo.
En años recientes han proliferado las cabañas rústicas que acogen a visitantes en busca de tranquilidad.
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Leyenda
Cuenta la leyenda que a la llegada de los españoles a Michoacán, luego de la caída de Tenochtitlan, uno de los conquistadores se enamoró de Eréndira, la bella hija de Tangaxoán, rey de los purépechas; la raptó y la escondió en un hermoso valle rodeado de montañas; ahí, sentada sobre una enorme roca, la princesa lloró desconsolada, y sus lágrimas formaron un gran lago.
Desesperada y para escapar de su raptor, se arrojó al lago, en el cual, por un extraño hechizo se convirtió en sirena. Desde entonces, por su belleza, al lago se le llamó Zirahuén, que en purépecha significa espejo de los dioses.
Dicen los lugareños que la sirena aún vaga por el lago, y no falta quien asegure haberla visto.
Dicen que en las primeras horas de la madrugada surge del fondo para encantar a los hombres y ahogarlos; y la culpan de la muerte de muchos pescadores, cuyos cuerpos sólo es posible localizar después de varios días de haberse ahogado.
Hasta hace poco tiempo existía al borde del lago una gran piedra con forma de asiento en la que, se dice, lloró Eréndira.
La leyenda está tan arraigada en el ánimo de los lugareños, que hasta hay una pequeña miscelánea llamada “La Sirena de Zirahuén”, y es, por supuesto, la más famosa del pueblo.
Ciertamente todo esto es sólo una romántica historia nacida de la imaginación, pero al contemplar el hermoso lago de Zirahuén, es fácil entender que ante espectáculos tan magníficos el alma humana se llene de fantasías.
Zirahuén es considerado como uno de los secretos mejor guardados de Michoacán, pues rodeado de lugares turísticos tan famosos como Pátzcuaro, Uruapan o Santa Clara del Cobre, se le considera un destino turístico secundario. Sin embargo, su extraordinaria belleza hace de él un sitio único, equiparable con los mejores del país.