Géiser de Ixtlán
Localizado a 174 km. de Morelia, capital del estado, y a sólo 30 de la ciudad de Zamora, este pequeño pueblo cuenta con un hermoso géiser, que cuando se encuentra encendido, se yergue vanidoso a 30 m de altura aproximadamente y puede contemplarse desde muy lejos, cuando se viaja en automóvil.
No se sabe a ciencia cierta si esta fuente intermitente de agua caliente es natural o no, porque, por un lado, se conoce de su existencia desde la época prehispánica y, por otro, se dice que la Comisión Federal de Electricidad realizó perforaciones en el lugar para generar energía.
Así, en algunos folletos turísticos se señala que “durante la época prehispánica, la región donde se localiza Ixtlán formó parte del gran cacicazgo de Tototlán, situado en el valle de Cuina…”
Años más tarde -en la Colonia- el jesuita Rafael Landívar en su obra Rusticatio mexicano, en la que aparecen los relatos de las experiencias de sus viajes, describe el géiser de la siguiente manera: “Allí [en Ixtlán] ¡Inexplicable portento! hay una fuente, reina de las demás y el mayor germen de la fertilidad de aquel terreno, que brota de escabrosa abertura con inusitada violencia; más si algún curioso se acerca a contemplarla, el agua recoge, retrocede y cesa su curso, apenas interrumpido por finísimas hebras de cristal, como si la ninfa que la guarda llena de rubor, no pudiese contener algunas lágrimas brillantes.
“No bien te alejas de aquel sitio, cuando la corriente fatigada por la opresión, brota de un golpe y se desliza de nuevo presuroso por el campo”. Géiser de Ixtlán
Cuando visité el lugar, don Joaquín Gutiérrez y Gloria Rico -encargada de la tienda del lugar- me explicaron que en 1957 la Comisión Federal de Electricidad realizó tres perforaciones de las que esperaba obtener la fuerza suficiente como para generar energía y enviarla desde ahí a toda la región. Géiser de Ixtlán
Lamentablemente no fue así, por lo que decidieron cerrar dos de ellas y dejar sólo una abierta, pero controlada por una válvula; perforación que en la actualidad constituye el géiser del que hago referencia. Géiser de Ixtlán
También me contaron que los trabajadores de la Comisión introdujeron una sonda que alcanzó los 52 m aproximadamente, pero que no pudieron ir más abajo debido a que la temperatura interior excede los 240°C y doblaba las brocas. Géiser de Ixtlán
Durante los siguientes 33 años, el gobierno del estado se hizo cargo del lugar, sin que por ello adquiriera una mayor importancia o impulso que de alguna manera se tradujera en mejoras a la comunidad.
En 1990 se crea el Patronato Pro Embellecimiento y Conservación de la región del géiser, que preside don Joaquín Gutiérrez y que está integrado por trabajadores, proveedores y una 40 familias, cuyo sustento depende casi totalmente de los ingresos que se perciben por concepto de entrada a este lugar turístico.
Dichos ingresos se destinan en primera instancia, al mantenimiento de las instalaciones; después, a la construcción de nuevos locales y vestidores, así como baños y, por último, a pagar los sueldos de los trabajadores.
En la actualidad, este sitio también cuenta con un espacio de juegos infantiles hechos con madera y lazo, y muy pronto se espera construir cabañas y zonas para acampar.
Dentro del área que ocupa el géiser -unas 30 hectáreas- se encuentran otros sitios de interés; por ejemplo, en la parte de atrás, a unos 5 o 6 m de la alberca, está el “pozo loco”, llamado así porque cuando el géiser se “apaga” éste se llena de agua y cuando se “prende”, se vacía.
A un lado de las albercas existe también un pequeño lago donde habitan patos.
En los alrededores hay muchos “hervores” que constantemente cautivan a los espectadores que no dejan de asombrarse, pues es frecuente encontrar plumas y demás restos de pollos, que sin necesidad de una estufa y gas, son pelados y cocidos ahí mismo por algunas mujeres del lugar.
Además del géiser, la población se dedica a la agricultura, la ganadería y otras actividades, como la elaboración de huaraches.
Todos los años, el 4 de octubre, realizan una fiesta en honor de San Francisco, patrono de Ixtlán, en la bella e impresionante iglesia que se encuentra en el centro del pueblo.
La flora predominante de la región es la vegetación de pradera, es decir, huizache, mezquite, nopal, linaloé y matorral.
Su clima es templado, con lluvia en verano; la temperatura oscila entre los 25 y los 36°C, por lo que las tibias aguas del géiser son una constante invitación a sumergirse en ellas y dejarse acariciar, como nos dijo don Joaquín: “según un brujo que vino una vez, estas aguas son “hembras”, ya que aquí nunca un hombre se siente mal o puede sustraerse al incesante deseo de disfrutarlas, aquí solamente pueden salirse o sentirse mal las mujeres, sin que esto sea frecuente”.
Un día a media noche tuve la oportunidad de acercarme al géiser caminando por la alberca y de manera repentina se “apagó” entonces constaté que la descripción que hiciera el poeta jesuita era verdad, además de entender porqué le llaman “pozo loco”: sus aguas efectivamente subían de nivel.
Después de un buen rato de disfrutar las “caricias” del agua, me salí a contemplar la hermosa luna que iluminaba el firmamento “tachonado” de estrellas y a disfrutar de un sabroso refrigerio.
También puede visitarse el hermoso balneario de Camécuaro, situado en este maravilloso y siempre agradable estado de Michoacán.
Ojalá que muy pronto tenga usted la oportunidad de pasar por este maravilloso rincón de México, y disfrutar en compañía de su familia, de las famosas propiedades curativas de sus aguas y lodo, ya que contienen -entre otras cosas- bicarbonato de calcio y magnesio, así como cloruro de sodio y potasio.