Fonoteca Nacional
La Fonoteca Nacional es una institución mexicana dependiente de la Secretaría de Cultura que preserva el patrimonio sonoro y que promueve la cultura de la escucha y el sonido mediante cinco actividades prioritarias: rescatar y preservar el patrimonio sonoro del país; dar a conocer el acervo sonoro que resguarda; realizar actividades académicas, artísticas y culturales relacionadas con el sonido; fomentar una cultura de la escucha entre la población, y estimular la creación y experimentación artística sonora.
Historia
El cuidado y valoración de los archivos sonoros en México era una tarea pendiente en el ámbito de la conservación del patrimonio cultural del país.
A mediados del siglo XX en México, nacieron las primeras iniciativas de resguardo de archivos audiovisuales y fotográficos como la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (1964), la Cineteca Nacional (1974) y la Fototeca del Instituto Nacional de Antropología e Historia (1976), pero no existía un lugar especializado en el resguardo de material sonoro.
El 27 de octubre de 1980 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) reconoció el valor patrimonial de los archivos sonoros y audiovisuales y recomendó su salvaguarda y conservación.
En México fue hasta el 12 de agosto de 2004 que la Secretaría de la Función Pública cedió en calidad de comodato la Casa Alvarado a la Secretaría de Educación Pública, para ser asignada a través del Conaculta como sede de la Fonoteca Nacional, la primera de su tipo en América Latina.
El recinto que ahora alberga a la Fonoteca Nacional es un terreno de 6,351.90 metros cuadrados, ubicado en el Barrio de Santa Catarina, en Coyoacán que, tras una larga labor de restauración a cargo de la Dirección General de Sitios y Monumentos del Conaculta, y la construcción de un edificio habilitado con estándares internacionales para el resguardo de material sonoro, abrió sus puertas el 10 de diciembre de 2008.
La Fonoteca Nacional ha sido dirigida por Lidia Camacho (2007-2009; 2013-2017), Álvaro Hegewisch (2009-2012), Ernesto Velázquez Briseño (2017-2018) y Pável Granados (desde 2018).
Así, la puesta en marcha de la Fonoteca Nacional significa un hecho sin precedentes en la cultura de México, cuya finalidad es proteger uno de los patrimonios más frágiles y desatendidos a lo largo del siglo XX.
Arquitectura de Fonoteca Nacional
La Casa Alvarado es la sede de la Fonoteca Nacional, un edificio del siglo XVIII construido con influencia andaluza y morisca declarado monumento histórico por la Dirección de Monumentos Coloniales el 27 de abril de 1932.
Dicho inmueble, pese a las creencias populares, no guarda relación con Pedro de Alvarado.
Hasta 1904 llevó el nombre de Quinta Rosalía, pero una de sus dueñas encontró el apellido Alvarado en los documentos antiguos de propiedad del inmueble y decidió poner el nombre de Casa Alvarado al exterior de la casa a modo de broma.
Previamente, el inmueble ha tenido diversas funciones: biblioteca de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, librería de la Secretaría de Educación Pública, sede de la Enciclopedia de México, de la Dirección de Estadística, y de la Fundación Octavio Paz. Asimismo, de diciembre de 1997 a abril de 1998, fue residencia de Octavio Paz y falleció en el inmueble.
El 4 de agosto de 2004, la Secretaría de la Función Pública cedió en calidad de comodato la Casa Alvarado al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, para ser la sede de la Fonoteca Nacional.
En septiembre de 2005 iniciaron las labores de restauración en las que especialistas (arquitectos, historiadores y restauradores) le devolvieron sus condiciones arquitectónicas y colores originales.
Además, se rehabilitó su jardín histórico gracias al proyecto del arquitecto holandés Keess Van Roij quien le devolvió la vegetación característica de Coyoacán.