Cultura purepecha
El pueblo indígena de las regiones lacustre y montañosa, del centro de Michoacán, se llama así mismo P’urhépecha, y cada uno de sus integrantes es un p’urhé o p’uré que significa gente o persona; esto implica una autoafirmación como seres humanos y pueblo en general.
Este pueblo era conocido como tarasco; sin embargo, esta denominación es externa.
La población p’urhépecha se concentra sobre todo en 22 municipios: Coeneo, Charapan, Cherán, Chilchota, Erongarícuaro, Los Reyes, Nahuatzen, Nuevo Parangaricutiro, Paracho, Pátzcuaro, Periban, Quiroga, Tancítaro, Tangamandapio, Tangancícuaro, Tingambato, Tinguindín, Tocumbo, Tzintzuntzan, Uruapan, Zacapu y Ziracuaretiro; sin embargo, los hablantes de la lengua p’urhé se distribuyen en 95 de los 113 municipios del estado.
El idioma p’urhé no tiene parentesco lingüístico cercano con ninguna de las lenguas originales que se hablan en México. Se reconocen tres variantes dialectales: la de la región lacustre, central y serrana.
En el registro de los censos se puede apreciar la sensible disminución de los hablantes de la lengua p’urhé a lo largo del tiempo; sin embargo, a partir de 1980 ha dado inicio un movimiento de apoyo a través de la Academia de la lengua purhé y el trabajo del Centro de Investigaciones de la Cultura p’urhépecha, para el fortalecimiento de esta lengua con el establecimiento de su abecedario.
Historia
Representantes de la gente P’urhépecha en la “Muestra de Indumentaria Tradicional de Ceremonias y Danzas de Michoacán” de 2015, parte del tianguis de domingo de ramos en Uruapan, Michoacán.
Entre los siglos XV y XVI, el imperio purépecha, con capital en Ts’intsuntsani, Zincucani o Tzintzuntzan, fue una potencia de la Edad del Cobre mesoamericana de primera magnitud que resistió el empuje del Imperio mexica.
Su imperio abarcaba la parte sur del estado de Guanajuato, gran parte del estado de Michoacán y la región norte del estado de Guerrero hasta el sur del Estado de México.
Dado que era gobernado por clanes enseñoreados en varias casas establecidas en varios puntos, podría hablarse de una confederación de estos, a partir de cierta época de su historia hasta la invasión española de sus territorios.
Su éxito militar y económico se debió, en parte, a que los purépechas eran hábiles trabajadores de metales como el oro y el cobre.
Este factor sin duda ayudó a mantener su independencia de los mexicas. Los purépechas antiguos eran hablantes exclusivos del idioma purépecha, una lengua aislada que no guarda relación histórica demostrada con ninguna otra en la región.
La más famosa fuente de información acerca de los purépechas es la Relación de Michoacán redactada por Fray Jerónimo de Alcalá para el Virrey Antonio de Mendoza alrededor de 1540
Religión de Cultura purepecha
Originalmente, la cultura purépecha tenía su propia religión original y nativa del imperio purépecha que mantuvo hasta el contacto hispánico, posterior a este contacto comenzó la evangelización de los purépechas, por parte de las órdenes fransciscanas en las regiones fronterizas del imperio purépecha, ya anexado a la corona española cuando todavía vivía Tangaxoán II. Cultura purepecha
Posterior a la muerte de Tangaxoán II provocada por Nuño de Guzmán, se produjo una rebelión en la región, por lo cual se comisionó a los misioneros franciscanos y agustinos, y al abogado y humanista Vasco de Quiroga, calmar la situación después de la Segunda Audiencia (y de la deportación de Nuño de Guzmán a España), lo que desembocó en la adopción del catolicismo de gran parte de los purépechas a mediados de la era colonial.
Actualmente, la mayor parte de los purépechas son católicos. Desde cierto punto de vista y, ya que, antes de la Conquista, la confederación de clanes tarascos tenían otra configuración sociopolítica y poliétnica, el pueblo purépecha como hoy está constituido nació en el siglo xvi, cuando se cristianizaron dichos clanes.