Catedral de Puebla México
La Catedral Basílica de Puebla, como se conoce a la catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de acuerdo a su advocación mariana, es la sede episcopal de la arquidiócesis de Puebla (México).
Es uno de las más importantes inmuebles del centro histórico declarado patrimonio de la humanidad. Tiene la prerrogativa de ser el primer templo suntuoso que bajo buenos diseños se hizo en América, consagrada en 1649 se adelantó a la Metropolitana de México que fue dedicada en 1653. Fue fundada por Felipe II de España.
La actual catedral de estilo herreriano, fue construida entre los siglos xvi y xvii, y sustituyó a la anterior que existió en lo que hoy es el atrio.
Del inicio de su construcción en 1575 a su consagración transcurrieron 74 años que se ubican durante el periodo de tres reyes de España, Felipe II, Felipe III y Felipe IV. Los contratiempos a lo largo de esos años permitieron numerosas modificaciones a la traza original.
Para 1624 las obras se suspendieron en su totalidad hasta el arribo del obispo Juan de Palafox y Mendoza en julio de 1640, quien retomó las obras con decidido entusiasmo.
Las nuevas reformas dieron una mayor elevación a la nave central por encima de las procesionales permitiendo el paso de la luz natural y dándole un aspecto de estructura piramidal.
Fue consagrada por el obispo Juan de Palafox y Mendoza el 18 de abril de 1649 sin haber sido totalmente terminada.
El espacio que ocupa es de planta rectangular recargada en la esquina de otra planta más grande, formando un gran espacio para el atrio.
El edificio se organiza en cinco naves: una central, dos laterales y dos de capillas hornacinas, destaca su fachada de estilo renacentista.
Anexo a su parte posterior se halla un edificio para oficinas de la Mitra, su antigua sede, y el edificio de la capilla llamada Ochavo. Con sus poco más de 70 metros de altura fue la iglesia más alta de las colonias españolas.
La catedral es considerada como uno de los museos más importantes de arte novohispano y posterior por los tesoros que alberga.
A lo largo de los siglos se ha enriquecido en obras de pintura, escultura, orfebrería y carpintería de gran calidad artística, así como sus decorados, las grandes puertas entableradas, cancelería y los tesoros de la sacristía que resguardan los ricos ornamentos sacerdotales bordados con hilo de oro y plata, vasos sagrados, cálices, copones, relicarios y cruces bañados en oro de incrustaciones de joyas y diamantes. Su archivo histórico posee documentos que datan de la fundación de la ciudad y muchos están en espera de ser clasificados.
Altar de los Reyes
La pintura al temple de la cúpula es obra del artista barroco Cristóbal de Villalpando.
Retablo del Altar de los Reyes.
Recibe su nombre por haber en los nichos laterales de su retablo las imágenes de reyes y reinas santos.
El conjunto lo forman una cúpula sobre pechinas, un retablo principal, dos retablos laterales y el sagrario.
La capilla fue proyectada por el español Juan Martínez Montañés y su retablo principal de estilo barroco salomónico fue obra del maestro Lucas Méndez bajo la dirección de Pedro García Ferrer, e inspirado en un boceto de Sebastián de Arteaga, se consagró el 18 de abril de 1649 por el obispo Palafox y su fábrica duró siete años.
La suntuosa pintura de la cúpula es una de las pocas pinturas al temple conservadas en México y que consagra el triunfo de la Eucaristía, es obra del pintor barroco Cristóbal de Villalpando realizada en el año de 1688, por encargo del obispo Manuel Fernández de Santa Cruz, logrando un gran conjunto de figuras en vivos colores a la manera de los grandes maestros italianos del siglo xvii.
Las pechinas las decoró él mismo con las imágenes de las cuatro heroínas judías Judith, Ruth, Esther y Yael, mujeres fuertes engalanadas con la usanza elitista del siglo xvii.
El cuarto cuerpo y remate lo compone la pintura al óleo de la Coronación de la Virgen María por la Santísima Trinidad colocada entre columnas pareadas del orden compuesto, el gran espacio central lo componen el segundo y tercer cuerpo con columnas salomónicas, lo ocupa la pintura al óleo de la Asunción de María, en los intercolumnios de lado izquierdo Eduardo el Confesor y Fernando III de Castilla del lado derecho Helena de Constantinopla, madre del emperador Constantino, y Margarita Reyna de Escocia.
El primer cuerpo se compone por pilastras cuadradas y capitel jónico y en cada intercolumnio las esculturas de Luis IX de Francia y Santa Isabel reina de Hungría, en la parte media de este cuerpo se halla el Sagrario con cuatro columnas salomónicas, en el nicho de cristal está la imagen de Nuestra Señora de la Defensa sobre una peana y columna de plata, en los colaterales de este sagrario acompañan dos óleos: el nacimiento del Niño Jesús donde está representado IX obispo de Puebla Juan de Palafox y Mendoza y la adoración de los Santos Reyes.
Todas las pinturas de este altar, a excepción de la cúpula, fueron realizadas por el arquitecto y pintor español Pedro García Ferrer cercano familiar del obispo Juan de Palafox.
Altar Mayor
El ciprés obra de Manuel Tolsá se centra en la figura en bronce de la Inmaculada Concepción de 2 metros de altura y casi una tonelada de peso.
El IX obispo, Juan de Palafox y Mendoza, había reunido los despojos de sus antecesores en el año de 1649, que estaban en otras iglesias de Puebla e inició así el panteón de los obispos en el antiguo tabernáculo.
Por el año de 1798, siendo obispo Salvador Bienpica y Sotomayor, se trató de hacer uno nuevo y se pensó que fuera de plata, mas esta idea se desechó y posteriormente se consultó a Manuel Tolsá, director de escultura en la Academia de México quien aceptó hacer el plano y maqueta; una vez contratado se llevó a cabo el derribo el 1 de septiembre de 1799 iniciándose la obra nueva con enormes gastos, después de algunos cambios en la administración el arquitecto José Manzo tomó la dirección.
Se trabajó empeñosamente y sin consideración de gastos hasta concluir la espléndida obra que mantuvo a los poblanos en expectación durante 20 años.
Se bendijo el actual altar mayor, llamado Ciprés, el 5 de diciembre de 1819.
La inhumación y traslado de los restos mortales de los obispos angelopolitanos a la cripta de los obispos se realizó el 14 de mayo de 1824.
Los artistas principales que trabajaron en ella además de Tolsá y Manzo fueron: Pedro Patiño Ixtolinque, el maestro Pedro Pablo Lezama en el trabajo de los mármoles y mampostería, el de los estucos José Ramírez; la obra de bronce y plata la trabajó en México Manuel Camaño, el cincelado Joaquín de Izunsa y el platero Simón Salmón que entre otras obras hizo el vaciado de la hermosa imagen de la Inmaculada Concepción de Tolsá. Los ambones para las lecturas y el púlpito, fueron obra de Joseph de Medina de 1719.
- Arquitectura
La altura del Ciprés, desde el suelo hasta la cabeza de la estatua de San Pedro, es de 17.50 metros. Es un edificio de estilo neoclásico con influencia de la arquitectura romana antigua de su época de decadencia, las que implican rebuscamientos volumétricos rompiendo en entablamentos y frontones complicados al contrapunto de rectas y curvas, en este monumento hay una variedad grande de materiales como mármoles de Tecali, estuco, bronce, latón y madera de cedro en las criptas.
Este ciprés está colocado sobre un pedestal de cantería de 2.61 metros de alto en cuadro y se asienta en una planta circular de orden corintio formando un torreón abierto con cuatro frentes.
El primer cuerpo se compone de 16 columnas estriadas de orden corintio de 5.66 metros de alto agrupadas por cuatro en cada ángulo que encierran a los doctores de la iglesia en estuco blanco San Gregorio, San Ambrosio, San Agustín y San Jerónimo.
La cornisa se interrumpe en cada sección de los pilares para alojar en sus huecos grandes resplandores con el anagrama de la Virgen María y remates de ángeles en estuco, sobre la cúpula remata un San Pedro rodeado de serafines y nubes en estuco blanco, la parte inferior fue decorada de manera muy suntuosa en consonancia con el resto del monumento, el edificio deja un gran espacio hueco destinado al tabernáculo y a la Purísima Concepción, se clasifica mediante un zócalo escalonado con 8 lados que marcan pilastras esquineras y llevan doradas puertecillas en sus vanos, lo cierra una media naranja y culmina con la estatua de la Purísima que pisa a la bíblica serpiente entre nubes, fue fundida en bronce y con un peso de 920 kilogramos.
La base del ciprés, en forma redonda y de bóveda plana, donde existen cuatro puertas pequeñas para el acceso de las criptas de los obispos, únicamente se abren el 2 de noviembre día de los fieles difuntos
El Coro
El segundo órgano construido en 1737.
El Coro que se ubica frente a la puerta del Perdón, fue construido en la última década del siglo xvii y principios del siglo xviii con la finalidad de que este lugar fuera destinado al oratorio del Cabildo de Puebla, para lo cual se requirió de la instalación, en épocas sucesivas, de órganos para la armonización de las ceremonias.
El Coro se compone por tres grandes muros que en forma de herradura se abren en dirección al Altar Mayor, el espacio que crea es cerrado por una reja en forja poblana del siglo xvii del maestro Juan Mateo de la Cruz que remata con el Calvario en marfil y en los colaterales, los campaniles.
El interior se compone de 52 sillas en dos filas exclusivas para el cabildo eclesiástico, la sillería es de hermosa marquetería poblana, con maderas finas, hueso y marfil formando diferentes engrecados, en los respaldos de cada silla.
Las dos pequeñas puertas que dan acceso al coro fueron taraceadas por las dos caras y con relieves de San Pedro y San Pablo; estas sillerías y puertas fueron donadas por el XIV obispo Pedro Nogales Dávila y trabajadas en el siglo xviii por el maestro Pedro Muñoz, en el centro del coro sobre un balaustre de piedra de tecali se halla un facistol de cedro donde soporta cuatro libros del s. xvi con música Gregoriana y grabados de Luis Lagarto, remata este hermoso facistol la estatua de San Juan Nepomuceno mártir del secreto de confesión y patrón de los sacerdotes.
- Los órganos
Los órganos que integran el conjunto coral son tres: el primero cuya decoración principal ve hacia la nave de la epístola o nave procesional derecha corresponde al siglo xviii, fue construido de 1710 a 1719 por Félix Izaguirre, actualmente ya no funciona, el segundo órgano antiguo fue construido por Inocencio Maldonado en 1737; el tercer órgano que ve hacia al frente del baldaquino y hacia al altar del perdón es el más grande de esta catedral se le ha dado el nombre de “Internacional” por haber participado en su construcción tres naciones: Estados Unidos en el año de 1958, en la ciudad de Búfalo se construyó la parte electrónica con cuatro teclados, Alemania los tubos artísticos y dorados y México el ensamble de madera de cedro y decoración en hoja de oro. Fue armado en el interior de la catedral por artistas poblanos.
El llamado órgano Internacional cuenta con un total de 3376 tubos o sonidos musicales, es electro-neumático a base de turbinas y electricidad, el tubo más grande mide 12 m y el más pequeño 1 cm, toca en grandes ocasiones como pueden ser bodas, graduaciones, conciertos, etc. Fue inaugurado el 8 de diciembre de 1973 por el arzobispo Octaviano Márquez y Toriz.
De los tres órganos los dos antiguos ya no están en servicio, puesto que dejaron de funcionar a fines del s. xix y jamás los mandaron a restaurar, puesto que el cabildo los quiso conservar como reliquias artísticas o joyas decorativas, testimonios de la trayectoria histórica y religiosa de la catedral.
Sagrario
El Sagrario Metropolitano de Puebla es un capilla de la catedral, de la ciudad de Puebla, México.
La capilla llamada del Sagrario respondió a la necesidad de contar con un espacio aparte de la catedral para despachar los asuntos relacionados con los Sacramentos y servicios espirituales originalmente impartidos a la población criollo española y sus servidumbres, como lo era también que el interior de la catedral como sede episcopal no debía por cuestiones prácticas, servir de parroquia.
Portada de acceso a la capilla del Sagrario Metropolitano.
Sacristía
El Triunfo de la Iglesia Católica de Baltasar de Echave en la Sacristía.
El acceso a la Sacristía es por la primera capilla del lado de la epístola, sus medidas son 17 m y 10.40 m de ancho.
Circunda el amplio espacio una gran cajonera de maderas finas que resguarda los ricos y abundantes ornamentos litúrgicos y en medio una gran mesa de maderas finas de estilo renacentista.
La parte superior de la sacristía está revestida de las pinturas de mayor impulso. El gran lienzo de fondo representa El Triunfo de la Iglesia Católica ante el paganismo, los entrepaños laterales los recubren, a la izquierda, la pintura de El Triunfo de la fe de Jesucristo sobre las teogonías paganas y a la derecha otro del “Triunfo de la religión”, todas del pintor mexicano del siglo xvii Baltasar de Echave Rioja que fueron copiadas de estampas de Pablo Rubens.
Coronan en los medios puntos de los entrepaños laterales otros lienzos sobre las Revelaciones del Apocalipsis, también de Echave Rioja.
Todas estas pinturas están enmarcadas en retablos dorados de orden compuesto de gran atractivo estético.
Los muros de la siguiente bóveda también están cubiertos de lienzos de gran formato: En el interespacio frontero en un cuadro estilo churrigueresco destaca la Inmaculada Concepción en el patrocinio de los obispos de la Diócesis de Puebla, a su lado se distingue a Fray Juliín Garcés primer obispo y a Juan de Palafox y Mendoza que concluyera las obras de la catedral, este hermoso lienzo lo pintó Luis Berrueco, y en las cuchillas de su medio punto, las apariciones de Nuestra Señora del Pilar a Santiago y a San Ildefonso.
En los lados está El lavatorio del pintor Luis Berrueco del siglo xviii. A los lados de las puertas de entrada están dos óvalos uno de San José y otro de San Miguel, ambos del pintor Ibarra.
En un ángulo del gran espacio está una fuente o aguamanil de 3 m de altura de mármol de tecali.
Sala de los Gobelinos.
En este salón lucen en toda su magnificencia 4 tapices (gobelinos) de la mitología griega que representan a la reina Hipolita de las amazonas a orillas del Termodonte que fue vencida por Heracles, el carro de la aurora excelsifica como nodriza de la naturaleza y el encuentro de Talestris y Alejandro generalísimo de los helenos.
El último gobelino es el embarque de los argonautas en busca del belloniso de oro, proceden de la manufactura francesa de Juan Gobelin del siglo xv.
Sala Capitular
También conocido como el salón de Obispos se encontraba labrada con cierta cantidad de piedra quedaba cubierta originalmente con “molduras costosas al modo de las de México ósea con nervaduras cerramiento que fue modificado por bóvedas de arista hechas a base de piedra laja y ladrillo Una de las áreas menos conocidas por el público de la majestuosa Catedral de Puebla, al cual solo pocas personas acceden. En ella se encuentran los retratos de los obispos que ha tenido Puebla a lo largo de su historia como: Rosendo Huesca y Pacheco.
Al centro se encuentra una estatua de San Juan Nepomuceno, quien está ahí para recordar lo secreto de las reuniones. Ha cambiado de sitio varias veces, primeramente es el salón gemelo de la sacristía, que más tarde fue habitado como Sagrario, quedando, como hasta hoy separado del recinto principal, inclusive en cuestiones de culto.
Más tarde fue levantado el aposento que actualmente es el Salón de los Gobelinos, con su cúpula para mayor solemnidad, y luego, en el siglo xix, la construcción de la sala que en nuestros días sirve para los efectos mencionados.
La actual sala Capitular tiene al Salón de Gobelinos como antesala, aunque es una tanto más estrecha, pues mide apenas 5.07 m. De ancho por 20 m. de longitud. Está cubierta con unas bóvedas de arista, apenas apuntadas, una de ellas con una claraboya, óculo u “ojo de buey”, en el muro testeral.
Salón chocolatero
Salón chocolatero.
El salón chocolatero se ubica a un costado del salón de los gobelinos y sus ventanas colindan con la antigua calle del Obispado (actual 5 Oriente).
Fue usado por los prebendados y canónigos para guardar sus pertenencias en los estrechos armarios que a cada uno se le asignaba, asimismo se les procuraba con el desayuno o la merienda durante las largas sesiones de cabildo en las que no faltaban las tazas de chocolate.
Sus bóvedas son de arista o pañuelo divididos en varios tramos. A lo largo de sus tres muros se encuentran los retratos al óleo de insignes canónigos de la catedral poblana que posteriormente alcanzarían la dignidad episcopal.