Casa Estudio Luis Barragán
Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2004 es reflejo de la síntesis arquitectónica del único Pritzker en México, además de una mirada íntima de las emociones que expresadas a través de formas geométricas, juegos cromáticos, el uso de materiales tradicionales y el uso de la luz, dieron forma al espacio que habitó** Luis Barragán** hasta el día de su muerte.
Luis Barragán es considerado el padre del modernismo, con obras como la Casa Estudio Luis Barragán pudo representar el nombre de México en contextos internacionales, siendo una obra maestra digna de conocer.
Casa Estudio Luis Barragán: historia de un ícono
El antecedente inmediato a la Casa Estudio Luis Barragán es la Casa Ortega, construida en 1943 en el terreno contiguo.
Previo a su construcción, el arquitecto jalisciense llegó a la Ciudad de México en 1935 tras un periodo creativo donde sus viajes por Europa (especialmente el sur de España y el norte de África) y el estudio de los jardines fincaron el primer piso de su lenguaje arquitectónico.
Instalado en la capital, Barragán realizó obras habitacionales donde exploró de lleno la arquitectura racionalista.
A través de la compra de terrenos en colonias residenciales de franco crecimiento, el arquitecto proyecta y vende casas unifamiliares una vez construidas.
Esta experiencia con la arquitectura moderna se afianza en uno de sus terrenos adquirido en 1939 en Tacubaya, al poniente de la Ciudad de México.
Una de las cuatro partes del lote se convierte en la Casa Ortega, un enorme jardín con desniveles donde ya se vislumbra el contraste entre el verde de la vegetación y los colores que caracterizan a sus muros.
La otra mitad del lote que compone los números 12 y 14 de la calle General Francisco Ramírez se convirtió en la Casa Estudio Luis Barragán, la obra más famosa e íntima del arquitecto jalisciense.
Arquitectura de la Casa Estudio Luis Barragán
Fachada
La fachada de la casa es una declaración de intenciones. A pesar de que la construcción inició el mismo año que el plan de urbanización del Pedregal de San Ángel (1947) , Barragán decidió asentarse en una colonia popular para establecer el taller y hogar que habitaría el resto de su vida.
De no ser por los muros elevados que la distinguen del resto de construcciones en la calle, la Casa Estudio Luis Barragán se mantiene completamente mimetizada con su entorno.
La arquitectura como una práctica introspectiva e íntima que aborda el carácter psicológico de los espacios está presente desde este punto.
Entrada y vestíbulo
Una vez dentro, un pasillo guiado por luz amarilla introduce al vestíbulo, que revela poco a poco la estancia, la biblioteca, el taller y los distintos patios, un conjunto que fluye de forma inadvertida bajo el juego de luces y sombras, con especial énfasis en los colores y la síntesis entre lo rural mexicano y la búsqueda de un estilo nacionalista moderno.